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Milagros de Jesús

Jesús y sus obras van íntimamente ligadas. Los milagros son la garantía y confirmación de su palabra y predicación. Porque predicación y obra no pueden ir separadas, pues serian palabras al viento o sin sustento. Es por ello que la palabra toma fuerza y es con las obras...

Con los milagros Cristo buscaba la conversión, la mirada puesta nuevamente en Dios. Y es en este contexto en el cual Jesús los realizaba, fuera de ello no realizaba ningún milagro. Como lo podemos notar cuando Cristo fue presentado ante Herodes o en su propio pueblo que le piden un milagro como si fuera para una función o circo, vaya para que se luciera. Y la respuesta de Jesús fue simplemente no responderles y no realizar nada (Mc 6,5; Lc 23,9). 

Cristo siempre se marchaba cuando el pueblo intentaba ensalzarlo (Jn 5,36).  Con sus milagros tenían su fondo de conversión y pretendían destruir al demonio, que subyuga al hombre por medio del pecado, la enfermedad y la muerte. El milagro en Jesús es siempre presentado en oración y en nombre propio, ordena. Usa palabras como "Yo te lo ordeno, Yo te lo digo"...

Los milagros realizado por Cristo son el cumplimiento de las promesas hechas en el antiguo testamento y para enseñar cual es el nuevo mandato del Hijo de Dios, Proclamándose que es el mesías prometido y ademas que se le debe seguir...


¿Porque Comunión-Eucaristía?

Eucaristía, del griego eucharistia, "acción de gracias". También llamada , comunión, Cena del Señor, Misa...Es el sacramento del sacrificio del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Jesucristo a querido quedarse en la figura de pan y vino para que nosotros podamos participar de la gloria celestial. 

Se afirma la institución de la Eucaristía por Jesucristo, tal como lo narran los evangelios, Jesús estando con sus discípulos, tomo el pan, lo partió y mostró diciendo: "Tomad y comed, este es mi cuerpo que sera entregado por vosotros para el perdón de los pecados. Tomad y bebed todos de el porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que sera derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía". (Mt 26:26-29 ; Mc 14:22-25 ; Lc 22:19-20 ; 1Cor 11:23-26)

Los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz, aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, esta celebración eucarística, tiene lugar en la fracción del pan que se realizaba en la iglesia primitiva antes de la redacción de los evangelios.






El sentido de ser Cristianos, Las riquezas de nuestra religion


En los cristianos es donde se da el encuetro real con Dios, Ho diganme en que religion se predica a un Dios que vaya al encuentro del hombre, no solo que sea el omnipotente, sino que El mismo viene al mundo y busca al hombre, se da a conocer, se hizo hombre...


Aqui es donde se da el encuentro definitivo con Dios, por el simple hecho de que Dios se hizo hombre,( Juan 1:14,18)por lo que no es una busqueda de Dios por parte del hombre, sino el descenso de el para con el hombre, en el cristianismo se puede dar una comunicacion intima con el todopoderoso, en la persona de Cristo.


En Cristo encontramos la luz, el ha venido a mostrarnos el camino a la plenitud, para ser verdaderos hombres. Jesus vino a la tierra y camino entre nosotros, el experimento el dolor, sintio pesar y rechazo, y sintio el gozo de la amistad. Porque el ha sido uno de nosotros el puede relacionarse con nosotros, no es un Dios distante, sino todo lo contrario, entiende las limitaciones humanas. Son tantas las riquezas que tenemos como cristianos y en ocaciones volteamos para otro lado pensando o buscando segun verdades, cuando en Cristo, cabeza de la Iglesia podemos encontrarla...


Milagros de Jesucristo


Los milagros son el lenguaje de Dios, la naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos que no estan cerrados por la rutina. El milagro tiene un lenguaje especial. Es la forma en la que Dios se comunica o manifiesta. Hablan del amor omnipontente de Dios.


En los evangelios encotramos exactamente 39 milagros de Jesus de los cuales 24 son referencia a curaciones, 10 de tipo natural y cuatro resurreciones. Los milagros en Jesus son una prueba de verdad sobre si mismo, Jesus afirma de su persona que tiene el poder para perdonar los pecados y para mostrarlo realiza una obra digna de Dios y no del hombre. Lo vemos en el evangelio de San Mateo 9 1-8. (En la que cura al paralitico diciendole que sus pecados le son perdonados y termina diciendo levantate y anda).


Los milagros de Jesus se entienden en el contexto del reino de Dios. Mt 12.28 (Si yo expulso a los demonios por el espiritu de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a nosotors). Jesus inagura el reino de Dios y los milagros son una llamada a una respuesta creyente. Reino y milagros son inseparables, esto es algo fundamental y distintiva de los milagros de Jesus.


Los milagros no eran frutos de tecnicas, como doctorores o de la actuacion de los demonios (magos) sino el resultado del espiritu de Dios.

Cristo, El pan de Vida


"Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día." Juan 6, 54. Estas fueron las palabras condenatorias de los que buscaban cualquier pretexto para enjuiciar a Jesus...Cristo está hablando a los escribas y fariseos, quienes supuestamente basaban su vida en la Biblia. Jesús afirma que el mensaje de las Escrituras es Él: "Ellas son las que dan testimonio de mí..." Por eso les reprocha: "Pero no queréis venir a mí para tener vida". Es decir, aceptaban la Biblia que habla de Cristo, pero rechazaban a Cristo mismo.


En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: Maestro, ¿cuándo has venido aquí? Jesús les contestó: Os aseguro que me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios…Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo, porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre de ese pan. Jesús les contestó: Yo soy el pan de vida, el que viene a mí no pasará hambre y el que cree en mí no pasará nunca sed. ( Jn 6, 24-35)


Invitando a las gentes a descubrir lo que evoca la acción milagrosa de la multiplicación, Jesús indica que no precisan un realizador de milagros, sino ganarse la salvación: lo único que cuenta es el seguir a Cristo; han comido un alimento perecedero, pero, hay otro alimento que da la vida eterna. La gente pide a Jesús un aval, una garantía de lo que acaba de decir, a semejanza de lo que hizo Moisés con sus antepasados: Jesús responde afirmando que el sello de garantía del pan lo pone el Padre. Ante tal garantía, la gente no tiene más que una petición: “Danos siempre de ese pan”. Llegamos al momento culminante del diálogo: “Yo soy el pan de vida”. El que acude a mí no pasará hambre, el que cree en mí no tendrá nunca sed; el autor quiere decir que sólo Jesús es el alimento que lleva el sello de garantía. El trabajo que Dios quiere que hagáis es que creáis en el que El ha enviado. Trabajar en lo que Dios quiere no es trabajar en conocer mejor la Ley, sino en conocer mejor a Jesús y en adherirse a él.


El sello de garantía de Dios no lo tiene la Ley, lo tiene Jesús. Conocer y adherirse a Jesús es haber encontrado el alimento que sacia el hambre y la bebida que apaga la sed. Jesús, sin responder la pregunta que le hacen, echa en cara a sus interlocutores que le buscan, porque les ha dado de comer, pero no porque hayan entendido el significado de la multiplicación de los panes. Han comido, pero no “han visto el signo”; han recibido pan hasta saciarse, pero no han aprendido nada. Ahora bien, lo que alimenta de verdad y lo que da vida es la palabra de Dios. Este es el pan verdadero.



El Corazon de Jesucristo...


La devoción al Sagrado Corazón al enfocarse en el corazón de Jesús, de forma metafórica se refiere a la vida emocional y moral de Jesús, especialmente a su amor por la humanidad. Esta devoción está íntimamente ligada a la devoción a la Divina Misericordia. También se refiere amor y adoración a Jesús.


La devoción al Corazón de Jesús tiene un origen medieval, siendo los escritos de santa Matilde de Hackeborn, santa Gertrudis de Helfta y la beata Ángela de Foligno uno de los testimonios más antiguos. Sin embargo la fuente más importante de la devoción en la forma en que la conocemos ahora, fue Santa Margarita María Alacoque de la Orden de la Visitación de Santa María, a quien Jesús se le apareció.


El corazón representa la sede de los afectos y sentimientos. Las Sagradas Escrituras revelan el amor infinito de Dios que nos creó a sus imagen, capaces de amar. Jesús confirmó el Mandamiento principal de Dios: "amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12,30). Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo. El nos amó y nos ama con un corazón humano que revela el infinito amor de Dios. El corazón traspasado de Jesús en la cruz revela su amor que es el amor del Padre.


Este Amor que ama hasta el extremo del amor, La parábola del siervo sin entrañas,que culmina la enseñanza del Señor sobre la comunión eclesial, acaba con esta frase: "Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano". Allí es, en efecto, en el fondo "del corazón" donde todo se ata y se desata. No está en nuestra mano no sentir ya la ofensa y olvidarla; pero el corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en intercesión. (CIA 2843)








¿Porque la resurrecion es fundamento de nuestra FE?


Cristo verdaderamente resucitó por el poder de Dios. No se trata de un fantasma, ni una mera fuerza de energía, ni de un cuerpo revivido como el de Lázaro que volvió a morir. La presencia de Jesús resucitado no se trata de alucinaciones por parte de los Apóstoles.


La resurrección constituía en primer lugar la confirmación de todo lo que Cristo mismo había ú hecho y enseñado'. Era el sello divino puesto sobre sus palabras y sobre su vida. El mismo había indicado a los discípulos y adversarios este signo definitivo de su verdad. El ángel del sepulcro lo recordó a las mujeres la mañana del 'primer día después del sábado': 'Ha resucitado, como lo había dicho' (Mt 28, 6). Si esta palabra y promesa suya se reveló como verdad también todas sus demás palabras y promesas poseen la potencia de la verdad que no pasa, como El mismo había proclamado: 'El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasará' (Mt 24, 35; Mc 13, 31; Lc 21, 33).


Nadie habría podido imaginar ni pretender una prueba más autorizada, más fuerte, más decisiva que la resurrección de entre los muertos. Todas las verdades, también las más inaccesibles para la mente humana, encuentran, sin embargo, su justificación, incluso en el ámbito de la razón, si Cristo resucitado ha dado la prueba definitiva, prometida por El, de su autoridad divina.


Los milagros de JesusCristo una llamada a la FE


Se ha estudiado que Cristo predica un nuevo Reino de Dios, que realiza y supera todas las esperanzas del pueblo elegido. Esta predicación queda ampliamente aclarada con los milagros. Los milagros son un anticipo de la salvación, además de una llamada a la fe. Por eso hay milagros que significan una clara salvación y redención de los tres males que esclavizan a los hombres: el demonio, el pecado y la muerte. Con los milagros, Jesús quiere dejar patente que ya ha llegado el Reino de Dios. En una ocasión dirá: «el Reino de Dios está dentro de vosotros» (Lc. 17, 21).


Los milagros son el lenguaje de Dios. La naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos, que no están nublados por la rutina, toda la creación es un canto de alabanza al Creador que pregona: Él nos ha hecho. La belleza del mundo es palabra hermosa que habla de Dios. Todo habla de Dios y de su esplendor de gloria. Pero el milagro tiene un lenguaje especial. Es el lenguaje privado de Dios. Sólo Él puede emitir una palabra que vaya más allá de los límites que ha querido establecer en la naturaleza. Los milagros hablan del amor omnipotente del eterno. Y Dios habla en Jesús con tantos milagros que, al cabo de los tres años, casi se acostumbran a esa grandeza. Todos los milagros de Jesús son para el bien; nunca realiza ningún milagro para castigar o hacer caer fuego del cielo sobre los injustos o los malhechores. Los que los observan, ven el dedo de Dios que señala: mirad a mi Hijo. Los beneficiados se gozan. Los ciegos se llenan de alegría, al ver; los paralíticos saltan de gozo, y los leprosos estrenan nueva convivencia al quedar limpios.


En muchas ocasiones precede a los milagros la absolución de los pecados por Jesucristo. En el caso del paralítico de Cafarnaúm los escribas le criticaban diciendo dentro de sí: Este blasfema. Jesús les dijo: «¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados; o decir levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, dijo al paralítico: Levántate, toma tu lecho y vete a casa. El levantándose, fuese a su casa» (Mt. 9, 4-7) En realidad todos los milagros están dirigidos a la superación del pecado, pues de poco sirve superar la enfermedad del cuerpo que acaba desapareciendo, si no se supera la enfermedad del alma que durará para siempre. El milagro físico, en el caso del paralítico de Cafarnaúm, es el signo de una acción más profunda: el perdón de Dios. Los escribas y fariseos no lo entendieron.


Jesús dará a conocer su mesianidad por medio de los milagros, pero cada milagro será un signo elocuente de lo que viene a traer al mundo: una felicidad nueva, traída por un amor generoso y fuerte, que llega de lo Alto.

¿Es un milagro Eucaristico?

La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona de Cristo vivo y glorioso, bajo las apariencias de pan y vino.El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y adoración de Cristo: " En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad.

En realidad Cristo íntegramente."Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que recibimos la Santa Comunión.

Asi tambien, podemos hablar de un milagro eucaristico pues Cristo se hace presente realmente en las especies de pan y vino. Con la presencia divina se logra ese cambio substancialmente, realmente es Cristo quien se hace presente a traves del consagrado, es decir, del sacerdote. El milagro lo vivimos en cada misa diariamente en cada templo en un lugar de nuestro mundo. A su vez han llevado a cabo unos milagros eucaristicos presentes como el de tan sonado pueblo de Lanciono que es una ciudad pequeña mediaval que se encuentra en la costa del Mar Adriático de Italia.


Ahi en ese lugar se conservan unos de los milagros mas grandes del mundo, que tienen mas doce siglos. La parte de la Hostia en el centro del círculo de carne, aunque era verdaderamente la Carne de Jesucristo, siguió teniendo los accidentes de pan sin levadura despues del milagro, tal como ocurre en cada Consagración. Se mantuvo por muchos años pero se desintegró porque la luneta que la contenía no había sido herméticamente cerrada. La Carne y la Sangre actualmente visibles no solo son la Carne y la Sangre de Jesús como en toda Hostia consagrada, sino que mantiene hasta la actualidad los accidentes propios de carne y sangre humana. La Carne, desde 1713 se conserva en un artístico Ostensorio de plata, de la escuela napolitana, finamente cincelado. La Sangre está contenida en una rica y antigua ampolla de cristal de Roca.

La Hostia-Carne, aún se conserva muy bien. El tamaño de la hostia es como las hostias que el sacerdote eleva en las misas hoy día. Es ligeramente parda y adquiere un tinte róseo si se ilumina por el lado posterior. La sangre coagulada tiene un color terroso que tiende al amarillo Ocre. El Milagro de Lanciano es un continuo milagro. La Hostia convertida en Carne y el Vino convertido en Sangre, sin el uso de ningún preservativo, están aun presentes en el relicario.

¿Quien es Jesucristo?

Partiendo de la pregunta hecha por Jesús a sus discípulos sobre su persona: "Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Ellas; otros, que Jeremías u otro de los profetas. Y El les dijo: Y vosotros: ¿Quién decís que soy yo? Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". (Mt. 16, 13-16)


Ya se ve claro en la respuesta que dan los discípulos a la pregunta del Maestro: Para unos es un personaje importante: Juan el Bautista, Elías, Jeremías u otro de los profetas. Nunca ha negado nadie -salvo algún fanático sectario- que Jesús ha sido un hombre importante en la historia humana. Alguien con una personalidad capaz de arrastrar tras sí a la gente, no sólo en su tiempo, sino siempre. Lo que no todos son capaces de descubrir es la razón íntima por la que Jesús atrae.



La respuesta la da San Pedro cuando contesta: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» Para ello hace falta -como Jesús le dice a Pedro- que lo revele el Padre eterno. Hace falta la fe, que es un don de Dios. No se puede entender a Jesucristo si no se cree que ese hombre, que llamamos Jesús de Nazaret, encierra en sí mismo un misterio: La Segunda Persona divina, el Verbo, sin dejar de ser Dios, se hizo hombre al asumir la naturaleza humana.

Ya sabemos que en la mentalidad del judaísmo de la época de Jesús se estaba esperando próximamente al Mesías. La mujer samaritana -que no era ninguna mujer culta- le dice a Jesús: sé que está para venir el Mesías. La profecía de Daniel y otras sobre el tiempo de la venida del Mesías coincidía aproximadamente con estos años.

En estas circunstancias aparece en Galilea Jesús de Nazaret. Juan el Bautista, que tenía un gran prestigio entre todos los judíos de su tiempo -hasta Herodes le escuchaba con gusto-, da testimonio a favor de Jesús. Le llama «el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Este es de quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más que yo, porque existía antes que yo Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que ha de bautizar en el Espíritu Santo. Y yo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios» (Jn. 1, 30-34)

Comienza Jesús a predicar y su predicación está llena de misericordia para con todos. Su doctrina es una doctrina de perdón y compasión. Enseña que Dios ama a todos los hombres y que incluso los pecadores pueden alcanzar el amor de Dios, si se convierten. El pueblo piensa y dice de él, que «nunca nadie ha hablado como este hombre» (Jn. 7, 46) porque hablaba con autoridad, no como los escribas y fariseos. Y es el mismo Jesús quien en la sinagoga de Nazaret, después de leer una profecía de Isaías referente a los tiempos del Mesías, dice: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc. 4, 21) Su doctrina va acompañada de abundantes milagros, movido por la compasión que sentía: sanar enfermedades, resucitar muertos, multiplicar la comida, etcétera.

A Jesús le seguía la masa del pueblo, compuesta en su mayoría por gente sencilla y humilde. Es verdad que también algunos personajes importantes le siguieron, y aunque al principio con miedo, luego no tuvieron reparo en confesarse amigos suyos a la hora de su muerte. Así fueron Nicodemo, José de Arimatea y otros. Estas gentes sencillas, que frecuentemente eran despreciadas por los orgullosos fariseos, ven con buenos ojos la doctrina de Jesús. Unos le seguían, efectivamente, movidos por su doctrina aunque no la entendían plenamente, como pasó con sus discípulos. Otros le seguían porque les daba de comer; otros porque hacía milagros. Autor: P. Enrique Cases

Los milagros, para los cristianos que son? Jesus y sus milagros


Milagros, ya San Agustin en su epoca lo mencionaba una definicion:

“Los milagros no se contradicen con las leyes de la naturaleza, sino con lo que sabemos sobre ellas.” (San Agustín, Doctor de la Iglesia)


un milagro es en sí un hecho sobrenatural en el cual se manifiesta el amor de Dios hacia los humanos y se demuestra su existencia, pero la única verdad es que la fe no necesita de milagros. Según las palabras de los Evangelios, el que cree no necesita ver.



Para que la iglesia considere que un hecho es milagroso, éste no debe tener una explicación científica. Cuando se le atribuye un milagro a una persona difunta, ésta puede llegar a ser beatificada y luego canonizada por el Vaticano. Un milagro se podría considerar también como una señal de que el Fin del mundo está cerca, o que Dios, la Virgen María, etc., están buscando maneras de comunicarse con los seres humanos en la Tierra.


Un milagro es un efecto perceptible a los sentidos que sobrepasa los poderes de la naturaleza y de todo ser creado. Es por lo tanto una acción que solo puede ser de Dios y tiene como fin dar testimonio de la verdad. Dios actúa gratuitamente por amor para dar un signo o mensaje al hombre y una llamada a la conversión.


La creación está siempre bajo la guía providente de Dios. El generalmente realiza su obra valiéndose de las leyes que El mismo puso en la naturaleza, pero no está limitado a ellas.
Las Sagradas Escrituras, ya desde el Antiguo Testamento nos relatan muchos milagros (Moisés divide las aguas, Ex 14:21). Los mas importantes son los que hizo Jesucristo. Sus milagros manifiestan que El es verdaderamente Dios, ya que los hacía con su propio poder.



Los milagros de Jesucristo


El día de Pentecostés, después de haber recibido la luz y el poder del Espíritu Santo, Pedro da un franco y valiente testimonio de Cristo crucificado y resucitado: “Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús de Nazaret, varón probado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales…; a éste…, después de fijarlo (en la cruz)…, le disteis muerte. Al cual Dios lo resucitó después de soltar las ataduras de la muerte” (Act 2, 22-24).

Los Evangelios sinópticos y el de S. Juan narran más de 30 de estos “milagros, prodigios y señales” de Jesús, que suelen distribuirse hoy día en dos grandes grupos: 1) milagros con respecto a seres humanos, o sea, curaciones (de posesos, ciegos, paralíticos, leprosos, etc.) y resurrecciones de muertos; y 2) milagros sobre la naturaleza.

La crítica y la investigación bíblica acerca de los milagros de Jesús ha centrado su atención en tres aspectos del tema: histórico, literario, y teológico. Estos tres aspectos plantean y responden a tres preguntas metodológicas: 1) ¿Hubo realmente milagros en la vida de Jesús?; 2) En caso positivo, ¿son reconocibles a través de los relatos evangélicos llegados hasta nosotros?; 3) ¿Qué significado poseen los milagros del Señor? La primera cuestión ha sido planteada por la crítica racionalista. Ante ella podemos afirmar que la ciencia histórica permite concluir con seguridad que Jesús obró milagros. Respecto a la segunda pregunta también ha sido respondida afirmativamente.


En efecto, no ha sido una forma (literaria) preexistente la que ha originado la situación, sino que ha sido, un tipo de acontecimientos maravillosos los que han llevado a usar y quizá también a crear esta forma de relatos. Y por último, el estudio del significado teológico de los milagros nos los descubre como parte esencial de la Revelación al tener como fuente última la Resurreción de Jesucristo.

Caracteristicas de los milagros de JesuCristo... 2 parte



UNA BASE HISTÓRICA.
Si se estudian seriamente los evangelios y su contexto histórico, es innegable que Jesús hizo milagros. Si no hubiera habido en el origen hechos extraordinarios que admirasen a los contemporáneos de Jesús no se habrían relatado estos episodios inauditos. Es preciso admitir al menos una "base histórica" a la tradición que se desarrolla después. Por lo demás, muchos de estos hechos no han podido ser "inventados" pasado ya el tiempo, en particular los que dan lugar a discusión entre Jesús y sus adversarios.
En el momento mismo en que Jesús hacía "milagros" no se estaba de acuerdo acerca de lo que representaban estos actos, y algunos los atribuían al diablo. Este desacuerdo narrado por los evangelistas que no pudo ser inventado, atestigua el valor histórico de estos relatos.
HOY Y EN EL PASADO.
Hoy nos es difícil mirar el milagro como podía hacerse en el tiempo de Jesús. Nosotros vemos el mundo a través del saber científico y técnico; los judíos lo veían ligado a Dios. El milagro es para nosotros una derogación de las leyes de la naturaleza; para un judío era la interacción normal de Dios en su creación. El milagro no era puesto ni en relación ni en oposición con una visión científica del universo; tenía su lugar en una visión religiosa del mismo.

Detalle revelador: para designar los milagros de Jesús, los evangelistas no emplean jamás la palabra griega usual que designaba los prodigios asombrosos (terata); emplean palabras que quieren decir "signos" (semeía) o "actos de poder" ('dunarneis). La mirada va espontáneamente hacia Dios que hace un signo y manifiesta su presencia activa.
Allí, donde nosotros vemos actualmente oposición entre un "milagro" y el curso normal del mundo, los judíos veían una continuidad armoniosa en la acción de Dios que crea el mundo y se manifiesta en él.

Para los contemporáneos de Jesús, el mundo estaba dominado por Satán: las enfermedades, los pecados, la muerte estaban ligados, como tantos signos de su presencia. En este contexto, los milagros de Jesús tienen una significación precisa; "si yo expulso los demonios con el poder de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros" (Lc. 11, 20). Los milagros muestran que Jesús tiene el poder de inaugurar la era definitiva y el mundo nuevo.


CARACTERÍSTICAS DE LOS MILAGROS DE JESÚS.
Pero Jesús nunca hace prodigios espectaculares para demostrar su poder y para asombrar. No busca el poder y la gloria a la manera humana. Para comprender la significación de sus milagros hay que fijarse en estos cuatro puntos:

1) Los milagros de Jesús cumplen los anuncios del Antiguo Testamento: "Los ciegos ven, los cojos andan..."(Mt. 11, 5; ver los oráculos de Isaías, 29, 28 y ss.; 35, 5 y ss.; 61, 1). Jesús hace la obra de Dios.

2) Los milagros de Jesús no son pruebas irresistibles de su misión o de su divinidad. Algunos los consideraban como obra del diablo. El poder de Dios está mezclado en ellos con -todas las ambigüedades de la vida. El milagro no viene a destruir la libertad de los hombres. Al contrario sólo los que tienen fe en Jesús reconocen milagros en estos hechos extraordinarios.

3) Los milagros de Jesús liberan a los hombres para que puedan andar en "su seguimiento" y participar en el Reino. Los discípulos no deberán contentarse con testimoniar por su palabra; podrán también hacer signos milagrosos (Mc. 6, 7; Mt. 10, 1; Lc. 9. 1)

4) Los milagros de Jesús muestran que la salvación de los hombres no es solamente "espiritual". Concierne al hombre entero, incluido su cuerpo. Muestran que la salvación no es solamente "individual": los enfermos curados, los leprosos purificados ya no son unos marginados. Pueden volver a ocupar su puesto en la sociedad. La salvación es colectiva, cambia las relaciones humanas.

Muestran, en fin, que la salvación anuncia el porvenir de la humanidad. Los milagros nos lo dicen a su manera: la condición actual de los hombres no permanecerá para siempre. Un día, las enfermedades, la muerte, las divisiones sociales desaparecerán. Los milagros son anticipaciones, resplandores: el alba del mundo de Dios. Invitan a los hombres a ambicionar lo que actualmente parece imposible. Son el estímulo concreto de la esperanza. A través de ellos, surge el mundo nuevo.

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Jesucrito, ¿Realizo realmente milagros? Primera parte


¿JESUCRISTO HIZO REALMENTE MILAGROS? Primera Parte
Para muchos cristianos los milagros resulta hoy algo difícil de encajar. Los temperamentos más racionales ven en ellos un desafío a la ciencia, desafío inoportuno del que los milagros nunca podrían salir con bien. Tanto más cuanto que el milagro fomenta el gusto por lo maravilloso, lo misterioso, con todo lo que esto comporta de ambiguo...


Jesús no era el único que por aquel entonces obraba curaciones. Otros también lo hacían, tanto en ambientes judíos como griegos. Comparadas con las narraciones paganas, las narraciones de milagros que consignan los evangelios sorprenden por su sobriedad y discreción. Sobre todo, es la actitud misma de Jesús la que les confiere un matiz muy especial: no obra milagros sino en la medida en que puedan aparecer como sello y signo de su propia misión. Se niega a obrar milagros inútiles, los que se le pide "para ver...". A veces añade al milagro su propia explicación: "Para que veáis que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar pecados". Otras veces, la significación del acto milagroso se revelará después: la multiplicación de los panes (anuncio de la Eucaristía), resurrecciones de muertos (anuncios de su propia resurrección), etc. Los milagros efectuados sobre la naturaleza (por ejemplo, la tempestad calmada) nos dejan ya más perplejos.


En todo caso, el milagro era un "lenguaje" comprensible para los contemporáneos de Jesús. Y la discreción de Cristo reducía al mínimo el riesgo de una posible interpretación mágica. Todo ello nos hace pensar que los hechos milagrosos evangélicos tomados al menos, globalmente son hechos auténticos. ¿Qué confianza nos merecerían unos textos sagrados si la tercera parte de sus narraciones fuera producto de la imaginación de los discípulos?


¿CUANTOS MILAGROS HIZO JESÚS?

Jesús hizo milagros. ¿Cuántos hizo? Es difícil dar precisiones. En una escena del evangelio más antiguo, el de Marcos, Jesús curó a "muchos enfermos"; en el pasaje del evangelio de Mateo que relata la misma escena cura a "todos". La curación de un ciego y de un poseso en Marcos se convierte en la de dos ciegos y dos posesos en Mateo; las 4,000 personas alimentadas se convierten en 5,000, y los siete cestos de restos, en doce.

Es evidente que con el tiempo, de un evangelio a otro, hay una tendencia a amplificar y multiplicar los milagros. Se puede suponer que la misma tendencia actuaba en el intervalo que separa Pascua y la redacción de los -evangelios: alrededor de cuarenta años.


MILAGROS ENTRE LOS JUDÍOS Y LOS GRIEGOS.
De la misma época se pueden leer relatos de milagros en los escritos rabínicos judíos y en la literatura griega. Apolonio de Tyano, contemporáneo de Jesús, los hacia. En el santuario de Asclepiades, en Epidauro también los había. Se cuentan curaciones, expulsiones de demonios, resurrecciones, tempestades calmadas, etc., en ambientes judío y griego. Los relatos de milagros de los evangelios están construidos, a veces, de manera análuga a los que nos llegan de los escritores judíos o griegos. No se pueden considerar todos estos relatos no cristianos como fábulas y los evangélicos como una especie de actas. Es razonable admitir que ha habido hechos, extraordinarios en cada uno de estos universos religiosos y que se ha podido, aquí y allá, aumentar los -hechos para hacerlos más significativos.