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¿Jesus es Dios? Biblicamente Hablando

Jesús habla de su cualidades extra-ordinarias o sobrenaturales, citadas en los evangelios, y dichas por el mismo..
"En el principio era la palabra... y la Palabra era Dios" (Jn. 1,1) ; 
"Yo y el Padre somos una sola cosa" (Jn. 10, 30) ; 
"Antes de que abraham existiera, Yo Soy" (Jn 9,58) ;
"Soy luz del mundo" (Jn 9,5) ;
"Os digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo Soy"  (Jn 13,19) ;
"Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces sabran que Yo Soy" (Jn 6,28) ;
"¿No crees que estoy en el Padre y que el Padre esta en Mi? (Jn 14,10) ;
"Yo soy la resurreccion. El que cree en mi, aunque muera, vivira" (Jn 11,25) ;

Jesús es enjuiciado por llamarse Hijo de Dios: "Yo soy el Hijo de Dios" (Jn 10,36) ; (Mt 26,63)




¿Quien es Dios? Que unos creen y otro no. ¿Porque creer?

Dios es un concepto teológico, filosófico y antropológico que hace referencia a una suprema deidad adorada por algunas religiones, en especial las de origen abrahámico y aquellas relacionadas. Su conceptualización ha sido tema de debate en casi todas las civilizaciones humanas.

La definición más común de Dios es como ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente. Creador, protector, juez y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad. No es posible definirlo como algo conocido y establecer una descripción exacta y certera, por lo que la aceptación de su existencia y presencia viene dada por cada individuo, basándose en alguna de las religiones del mundo o por experiencia propia.

Estas son algunas de las definiciones que nos da cualquier enciclopedia, pero ¿Quién es Dios para tí? Para todos los cristianos Dios representa ser nuestro creador, el ser que nos ha dada la vida, el ser en si, el porque vivir. Aqui no se trata de que si creo o no, Es Dios, existe independientemente de que creas en el o no. El ÉS. Debemos tener claro y poner como principio esto Dios es, no existe porque yo crea en El, sino somos nosotros los seres creados.

Nuestra vida, mi existencia es en razon del El, todo cristiano debe tener bien claro esto. El debe ser el motor de nuestra vida, y mientras mas lo aclaremos en nuestro entendimiento es como iremos teniendo un mejor asentamiento de fe y nos ira ayudando para ser mejor hombre o mujer. Que es a lo que estamos llamados a ser.

Y como el mismo Señor Nuestro lo dijo: "Sean perfectos como nuestro Padre celestial lo es". Es a lo que estamos llamados todos a buscar la santidad y conforme tengamos mas claro, será nuestra desicion mas firme y nuestra voluntad mas fuerte. Seguir a Jesuscristo el nos ha mostrado el camino, camino que no llevará a la verdad y la verdad os hará libres.


¿Quien es Jesucristo?

Partiendo de la pregunta hecha por Jesús a sus discípulos sobre su persona: "Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Ellas; otros, que Jeremías u otro de los profetas. Y El les dijo: Y vosotros: ¿Quién decís que soy yo? Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". (Mt. 16, 13-16)


Ya se ve claro en la respuesta que dan los discípulos a la pregunta del Maestro: Para unos es un personaje importante: Juan el Bautista, Elías, Jeremías u otro de los profetas. Nunca ha negado nadie -salvo algún fanático sectario- que Jesús ha sido un hombre importante en la historia humana. Alguien con una personalidad capaz de arrastrar tras sí a la gente, no sólo en su tiempo, sino siempre. Lo que no todos son capaces de descubrir es la razón íntima por la que Jesús atrae.



La respuesta la da San Pedro cuando contesta: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» Para ello hace falta -como Jesús le dice a Pedro- que lo revele el Padre eterno. Hace falta la fe, que es un don de Dios. No se puede entender a Jesucristo si no se cree que ese hombre, que llamamos Jesús de Nazaret, encierra en sí mismo un misterio: La Segunda Persona divina, el Verbo, sin dejar de ser Dios, se hizo hombre al asumir la naturaleza humana.

Ya sabemos que en la mentalidad del judaísmo de la época de Jesús se estaba esperando próximamente al Mesías. La mujer samaritana -que no era ninguna mujer culta- le dice a Jesús: sé que está para venir el Mesías. La profecía de Daniel y otras sobre el tiempo de la venida del Mesías coincidía aproximadamente con estos años.

En estas circunstancias aparece en Galilea Jesús de Nazaret. Juan el Bautista, que tenía un gran prestigio entre todos los judíos de su tiempo -hasta Herodes le escuchaba con gusto-, da testimonio a favor de Jesús. Le llama «el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Este es de quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más que yo, porque existía antes que yo Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que ha de bautizar en el Espíritu Santo. Y yo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios» (Jn. 1, 30-34)

Comienza Jesús a predicar y su predicación está llena de misericordia para con todos. Su doctrina es una doctrina de perdón y compasión. Enseña que Dios ama a todos los hombres y que incluso los pecadores pueden alcanzar el amor de Dios, si se convierten. El pueblo piensa y dice de él, que «nunca nadie ha hablado como este hombre» (Jn. 7, 46) porque hablaba con autoridad, no como los escribas y fariseos. Y es el mismo Jesús quien en la sinagoga de Nazaret, después de leer una profecía de Isaías referente a los tiempos del Mesías, dice: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc. 4, 21) Su doctrina va acompañada de abundantes milagros, movido por la compasión que sentía: sanar enfermedades, resucitar muertos, multiplicar la comida, etcétera.

A Jesús le seguía la masa del pueblo, compuesta en su mayoría por gente sencilla y humilde. Es verdad que también algunos personajes importantes le siguieron, y aunque al principio con miedo, luego no tuvieron reparo en confesarse amigos suyos a la hora de su muerte. Así fueron Nicodemo, José de Arimatea y otros. Estas gentes sencillas, que frecuentemente eran despreciadas por los orgullosos fariseos, ven con buenos ojos la doctrina de Jesús. Unos le seguían, efectivamente, movidos por su doctrina aunque no la entendían plenamente, como pasó con sus discípulos. Otros le seguían porque les daba de comer; otros porque hacía milagros. Autor: P. Enrique Cases

Jesus su persona, como muestra que es Hombre y Dios, un estudio


CÓMO MUESTRA QUE ES HOMBRE Y DIOS


Jesús manifestó su divinidad poco a poco, de forma gradual y progresiva, mediante una pedagogía admirable, adecuada al fuerte sentido monoteísta del pueblo de Israel, al que le habría sido muy difícil aceptarlo sino. Comunica al pueblo con hechos y palabras su divinidad pero de un modo bien distinto del relato espectacular lleno de apoteosis al que estaban acostumbrados los oyentes de relatos épicos. Jesucristo va haciendo una progresiva y pedagógica explicitación de su divina condición con la sensibilidad de quien conoce a fondo la dificultad de entender el mensaje de su identidad y las personas que han de recibirlo.

Recordemos que si escandalizaba mostrarse como Mesías, eso no tenía comparación con el escándalo que suponía identificarse además con Dios, pues los hebreos no osaban ni pronunciar su nombre. Con la autoridad de Mesías y con la naturalidad con la que actuaba siempre dice en el Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo a los antiguos..., pero Yo os digo...”, dejando claro que Él está por encima de Moisés.

También -¡con qué asombro oirían estas cosas sus coetáneos!- manifestó estar por encima de Salomón, de David, del Sábado, del Templo, etc, con lo que poco a poco les iba desvelando su condición divina. Avala estas afirmaciones con milagros que sólo Dios -pues los hace en nombre propio- puede hacer: da la vista a los ciegos, el habla a los mudos, agilidad a los paralíticos, limpia a los leprosos, resucita a muertos, supera a la naturaleza creada: camina sobre las aguas, aquieta las tempestades, multiplica los alimentos, etc, y sobre todo perdona los pecados, lo cual es exclusivo del Ofendido, es decir, Dios.