La cuaresma se inicia con el Miércoles de Ceniza, y termina antes de la misa de la Cena del Señor, es decir, el jueves santo. Son 40 días, los cuales según la tradición de la iglesia el tiempo litúrgico dedicado a la penitencia. Se nos invita a convertir nuestra vida a Cristo, ya que por el pecada nos alejamos de el. Por tanto estamos llamados a reflexionar como cristianos sobre lo que creemos, como andamos en nuestra fe y sobre todo también para llevar a cabo ciertos sacrificios, llamados en este tiempo como penitencia.
Es el tiempo litúrgico dedicado al perdón y a la reconciliación con Dios y nuestros hermanos. De limpiar nuestro corazón y sacar todo nuestra basura(por decirlo de alguna manera), el pecado y convertirnos a Dios nuevamente, renovar nuestra fe.
Y es en la penitencia en donde encontramos esta purga de nuestras faltas cometidas o desviaciones de nuestro camino para con Dios. La penitencia nos ayuda a purgar de alguna forma aquellas faltas cometidas en nuestra vida, pero también a fortalecer nuestra entrega a Cristo. Sabernos seres inmortales y dependientes de Dios son aptitudes que debemos mostrar en la cuaresma, nuestra total filiación a Dios y nuestra Iglesia...
Nuestra aptitud interior de arrepentimiento y deseo de convertirnos a Dios, viviendo según su voluntad. El ayuno y la abstinencia son signos también que nos ayudan en la conversión y así poder vivir mejor la gran fiesta que es la pascua...
Lo importante de estos tiempos y el sentido de las celebraciones y los signos, es que lo realicemos con el verdadero sentido cristiano. Que es el de someter la voluntad(absteniéndose de cosas que son de agrado o placer), también realizar obras de caridad, ya que todos los ejercicios o sacrificios llevan a realizar un bien o un servicio al prójimo. Así que debemos siempre encontrar año con año el gusto de poder celebrar estos tiempos con la mayor disponibilidad y con el sentido de fe, ya que esto nos ayuda estar en una mejor comunión con Dios y toda su Iglesia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario