El Miércoles de Ceniza la Iglesia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación a la Pascua que termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna.
Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original: “Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir”,que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.
El ayuno y la abstinencia nos ayudan a no dejarnos reducir a puros "consumidores"; nos ayudan a adquirir el precioso "fruto del Espíritu", que es "el dominio de sí", nos predispone al encuentro con Dios que es espíritu, y nos hace más atentos a las necesidades de los pobres.
Cuando en el siglo IV, se fijo la duracion de la Cuaresma en 40 dias, esta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua (Para calcular la fecha de la Pascua se usaba el Computus). Por tanto, un domingo llamado, precisamente, domingo de "cuadragésima". Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como practica cuaresmal. Y aqui surgió un inconveniente: desde los origenes nunca se ayunó en dia domingo por ser "día de fiesta", la celebración del DIA del Señor. Entonces, corrieron el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer domingo.
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