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El Nacimiento de Jesus


En la narración del nacimiento de Jesús, el evangelista Lucas refiere algunos datos que ayudan a comprender mejor el significado de ese acontecimiento.Ante todo, recuerda el censo ordenado por César Augusto, que obliga a José, «de la casa y familia de David», y a María, su esposa, a dirigirse «a la ciudad de David, que se llama Belén» (Lc 2, 4).Al informarnos acerca de las circunstancias en que se realizan el viaje y el parto, el evangelista nos presenta una situación de austeridad y de pobreza, que permite vislumbrar algunas características fundamentales del reino mesiánico: un reino sin honores ni poderes terrenos, que pertenece a Aquel que, en su vida pública, dirá de sí mismo: «El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Lc 9, 58)


Después que María y José habían llegado a Belén, María dió a luz a su bebé en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales. Este lugar era lo único que ellos habían podido conseguir durante su estadía en Belén. No eran personas que poseían riquezas materiales. Pero tenían la enorme responsabilidad y el honor de criar y educar al hijo de Dios.

El calor de María, unas pobres mantas y su humilde cunita hecha de paja lo abrigaban. En ese mismo instante, muy cerca de allí, un grupo de pastores descanzaban con sus rebaños de ovejas. Los pastores de ovejas en las noches estrelladas solían agruparse entre ellos para conversar y protegerse entre sí de los lobos y ladrones que acechaban por la zona.






Jesus, es Cristo Rey del Universo


Cristo es el Rey del universo, su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres.


En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.


La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres.


“Yo soy Rey” Esta fue la respuesta rotunda de Jesús a Pilato. Aunque la respuesta completa fue ésta: “Pero mi reino no es de aquí”.Pero si el reino de Jesucristo no es de este mundo, se inicia y realiza germinalmente ya en este mundo. Es verdad que sólo al final de los tiempos y tras el juicio final alcanzará su plenitud definitiva, pues sólo entonces triunfará definitivamente del demonio, el pecado, el dolor y la muerte.Pero ya ahora, “el reino instaurado por Jesucristo actúa como fermento y signo de salvación para construir un mundo más justo, más fraterno, más solidario, inspirado en los valores evangélicos de la esperanza y de la bienaventuranza, a la que todos estamos llamados” (JUAN PABLO II.) Los santos –únicos que se han tomado en serio su reinado- han sido grandes sembradores de comprensión, justicia, amor y la paz siempre y en todas partes. ¡Pobre tierra esta nuestra sin su acción y la de los demás seguidores de Jesús!. A pesar de sus debilidades y pecados.“Jesucristo es Rey que hace reyes a sus seguidores coronándolos en el cielo.” (San Buenaventura)


¿Que es la resurreccion de Cristo para ti? ¿Qué signicado tiene para nuestra FE?


La resurrección de Jesús es la mejor noticia que podíamos recibir los hombres. Es la resurrección de Jesús la que sostiene y da sentido a nuestra fe. “Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe_ Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los más desgraciados de todos los hombres. Pero no, ¡Cristo resucitó de entre los muertos!” (1 Co 15, 14-20).


A partir de la resurrección, los cristianos creemos en Dios con una luz nueva, vivimos nuestra fe en Jesús con una profundidad nueva, comprendemos nuestra existencia y nos enfrentamos a ella con una esperanza nueva.


Dios no es un Dios de muertos sino de vivos. Dios no quiere la muerte sino la vida de los hombres. En la resurrección descubrimos los cristianos que Jesús es nuestro único Salvador. El único que nos puede llevar a la liberación y a la vida. “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12).


La resurreccion de nuestro Señor es el fundamento de nuestra FE, esto es lo que da fuerzas a las palabras de Cristo trasmitidas a nosotros por los Apostoles. Que Jesús haya resucitado es lo nos da vida y dignidad y esperanza a todos nosotros los hombres. Es el cimiento que mantiene firme e intacta toda nuestra fe. La resurreccion de Jesus, el vencimiento de la muerte, de la injusticia, de la oscuridad, El es la nueva luz. En el Resucitado se nos descubre ya el final, el horizonte que da sentido a la historia humana. Ahora sabemos que la humanidad no camina hacia el fracaso, la historia de los hombres no es algo enigmático, oscuro, sin meta ni salida alguna.


¿Quien es Jesucristo para Ti? ¿Es Cristo una historia Verdadera?


¿ES Cristo una historia verdadera? Tu que piensas,, Hasta ahora hay alguien que se atreva a decir que no hubo un hombre llamado jesus de Nazaret, y que tuvo discipulos y que predicaba , sanaba enfermos, los ciegos miraban, es lo que se contaba entre ellos y lo que se dice a traves de la historia... No solo la biblica sino la historia universal, hablan de este hombre llamado Jesus, que cautivo a muchos en su tiempo, tuvo seguidores y que formo a sus discipulos ha seguir su doctrina, su predicacion, y trasmitir su vida...



Que de fantastico tiene esta historia, que parte de lo extraordinario y ala vez de lo ordinario... Tiene cosas reales, datos historicos, hechos verdaderos y comprobables,. ¿Quien es Jesus para ti? o como diria el mismo Jesus a sus discipulos "Quien dice la gente que soy yo" y luego lo pregunta a cada uno de ellos.. ¿Tu quien dices que soy Yo?


¿Quién piensas que es Jesucristo? ¿Qué grado de certeza tienen las afirmaciones anteriores? ¿Faltará algún detalle de importancia? Nuestro tiempo demanda una mente abierta, honestidad intelectual en cualquier investigación. Así también con relación a Jesucristo es esencial tener todos los hechos expuestos antes de decidirse por él o en contra de él.


¿Que es pues de nuestra fe? Lo esencial en ella, aqui muy claro lo vemos, en las palabras de San Pablo "Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado á Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres." -1 Corintios 15:14-19


Entonces que nos hace falta, porque dudamos,... Hermanos hay que decidirnos y pedir ha Dios, ha Jesucristo nuestro Señor que nos conceda el don de la Fe, y que sea el que nos ilumine, hay tan solo que ponernos ha reflexionar en El , en lo que representa El para nuestras vidas, nuestra propia existencia...Ahi sentado en tu casa, ahi en tu trabajo, ahi en una fiesta no encontraremos la respuesta, tenemos que darnos tiempo para reflexionar, para conocer mas acerca de El, su doctrina, saber de donde viene y de quien vienen sus palabras, saber realmente porque Yo digo que Creo en Jesus de Nazaret es el Hijo de Dios...

Los milagros de JesusCristo una llamada a la FE


Se ha estudiado que Cristo predica un nuevo Reino de Dios, que realiza y supera todas las esperanzas del pueblo elegido. Esta predicación queda ampliamente aclarada con los milagros. Los milagros son un anticipo de la salvación, además de una llamada a la fe. Por eso hay milagros que significan una clara salvación y redención de los tres males que esclavizan a los hombres: el demonio, el pecado y la muerte. Con los milagros, Jesús quiere dejar patente que ya ha llegado el Reino de Dios. En una ocasión dirá: «el Reino de Dios está dentro de vosotros» (Lc. 17, 21).


Los milagros son el lenguaje de Dios. La naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos, que no están nublados por la rutina, toda la creación es un canto de alabanza al Creador que pregona: Él nos ha hecho. La belleza del mundo es palabra hermosa que habla de Dios. Todo habla de Dios y de su esplendor de gloria. Pero el milagro tiene un lenguaje especial. Es el lenguaje privado de Dios. Sólo Él puede emitir una palabra que vaya más allá de los límites que ha querido establecer en la naturaleza. Los milagros hablan del amor omnipotente del eterno. Y Dios habla en Jesús con tantos milagros que, al cabo de los tres años, casi se acostumbran a esa grandeza. Todos los milagros de Jesús son para el bien; nunca realiza ningún milagro para castigar o hacer caer fuego del cielo sobre los injustos o los malhechores. Los que los observan, ven el dedo de Dios que señala: mirad a mi Hijo. Los beneficiados se gozan. Los ciegos se llenan de alegría, al ver; los paralíticos saltan de gozo, y los leprosos estrenan nueva convivencia al quedar limpios.


En muchas ocasiones precede a los milagros la absolución de los pecados por Jesucristo. En el caso del paralítico de Cafarnaúm los escribas le criticaban diciendo dentro de sí: Este blasfema. Jesús les dijo: «¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados; o decir levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, dijo al paralítico: Levántate, toma tu lecho y vete a casa. El levantándose, fuese a su casa» (Mt. 9, 4-7) En realidad todos los milagros están dirigidos a la superación del pecado, pues de poco sirve superar la enfermedad del cuerpo que acaba desapareciendo, si no se supera la enfermedad del alma que durará para siempre. El milagro físico, en el caso del paralítico de Cafarnaúm, es el signo de una acción más profunda: el perdón de Dios. Los escribas y fariseos no lo entendieron.


Jesús dará a conocer su mesianidad por medio de los milagros, pero cada milagro será un signo elocuente de lo que viene a traer al mundo: una felicidad nueva, traída por un amor generoso y fuerte, que llega de lo Alto.

Cristo, Es el cordero de Dios,¿Que significa esto?


En el Antiguo Testamento se nos describen diferentes tipos de sacrificios, entre éstos, los sacrificios de expiación de los pecados del pueblo, los cuales se hacían sacrificando un cordero.
Sucedió, entonces, que cuando Dios decidió liberar a su pueblo cautivo por los Egipcios, le ordenó a los Hebreos inmolar por familia un cordero “sin mancha, macho, de un año” (Ex. 12, 5), indicándoles marcar con la sangre del cordero sacrificado el dintel de la puerta para que el Angel exterminador los perdonara cuando esa noche viniera a herir a los primogénitos egipcios. Desde ese momento, la sangre del cordero tuvo para los israelitas valor redentor.


Es así como, ese primer Jueves Santo de la historia celebraba Jesucristo con sus Apóstoles la Pascua judía, es decir, la conmemoración de la liberación de Egipto. En esa Cena Pascual se comía –igual que aquella noche antes de salir de Egipto, un cordero sacrificado. Pero sucede algo imprevisto: Jesús, después de comer la cena pascual, sustituye al cordero pascual por Sí mismo. El se entrega como “verdadero Cordero Pascual”.


Él fue llevado como una oveja y muerto como un cordero; nos redimió de la seducción del mundo, como antaño de Egipto, y de la esclavitud del demonio, como antaño del poder del Faraón; selló nuestras almas con su Espíritu y los miembros de nuestro cuerpo con su sangre. Él, aceptando la muerte, sumergió en la derrota a Satanás, como Moisés al Faraón. Él castigó la iniquidad y la injusticia, del mismo modo que Moisés castigó a Egipto con la esterilidad.


Él nos ha hecho pasar de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, de la tiranía al reino eterno, y ha hecho de nosotros un sacerdocio nuevo, un pueblo elegido, eterno. Él es la Pascua de nuestra salvación. Es la nueva alianza El Cuerpo entregado y su Sangre derramada hacen de la muerte de Cristo un sacrificio singular: sacrificio de alianza, que sustituye la Antigua Alianza del Sinaí por esta Nueva Alianza, en la cual el Cordero es Cristo, y en la que no se derrama sangre de animales, sino ¡nada menos! que la del mismo Hijo de Dios.