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La cuaresma,, datos historicos


Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor —la oración, el ayuno y la limosna—


La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.


En las primeras comunidades cristianas la preparación prebautismal (catecumenal), era intensiva y se dirigía también a los otros sacramentos de iniciación -Confirmación y Eucaristía-, que se acostumbraba recibir durante la Vigilia Pascual. Esa preparación pretendía todo un proceso de transformación integral y profunda de la persona a la luz de la palabra de Dios. Era durante el tiempo anterior a la celebración de la Pascua que se inscribían y seleccionaban los candidatos a recibir el Bautismo, que habían estado estudiando ya fuertemente la doctrina cristiana y que se sometían a escrutinios para purificarse y protegerse contra las tentaciones y para rectificar la intención y mover la voluntad. Con estos fines el sacerdote oraba sobre los catecúmenos*.