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Reflexión Semana Santa

La Semana Santa, es un tiempo importante para la iglesia católica  debemos de tomarnos nuestro tiempo para participar en las celebraciones de nuestra parroquia. No son las vacaciones que tomamos, sino es un tiempo que la Iglesia a decido tener para dedicarle a Dios y revivir el momento justo del sustento de nuestra fe.

Jesús es el Hijo de Dios, el que los profetas habían anunciado, El Cristo (el ungido) da su vida por nosotros. Revivir la pasión de cristo, es alimentar nuestra fe, es saber de donde venimos y hacia donde vamos.

Nuestra Iglesia nos presenta un Cristo vivo, que podemos tocar, que podemos contemplar. Los 40 días de cuaresma son la preparación para estas grandes celebraciones, llenas de solemnidad en nuestras comunidades parroquiales. Cada uno de nosotros en su Parroquia mas cercana podrá participar y con ello vivir, la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Podemos participar si ya tenemos tiempo que asistimos a nuestra comunidad parroquial, podemos ofrecernos para realizar un servicio, estar disponibles para lo que nos pidan apoyo, y si, no es así, también puedes participar asistiendo a tu Iglesia,  llegando con puntualidad, mostrando el debido respeto y nuestra ropa adecuada para la ocasión.

Lo importante es estar disponibles y todos juntos hacer de esto, toda una experiencia inolvidable, que realmente nos llene de fe, alegría y convencidos de estar en el camino correcto, retomar fuerzas para seguir  adelante..
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El Amor de Dios, Jesucristo vino a dar su vida


El amor de Dios es muy distinto al pensar del hombre, apesare de ser imagen y semejanza de el, el hombre padece la infidelidad, el odio, el rencor, muchos sentimientos que lo alegan y no le permiten ver el amor verdadero el amor de Dios... 

Cuantas veces decimos Dios es amor y escuchamos Dios te ama, adelante se un hombre bueno. Pero realmente conocemos el significado de la palabra "amor" , El amar es darlo todo, darse sin recibir nada a cambio, darlo por el bien de la otra persona, Como bien decía la madre Teresa de Calcuta "Amar hasta que duela"... El amor de Dios es maravilloso, porque es verdadero, el fiel, es sincero, y no hace libres..."Tanto amo Dios al mundo que mando a su hijo Unigénito" (Juan 3,14) . 

En esto consiste básicamente la grandeza de nuestro Señor y lo central de nuestra Fe, un Dios que busca al hombre, que va al encuentro del hombre, es el hombre precisamente el que se ha despegado desde amor filial al Padre...Jesucristo viene ha ser el sacrificado, aquel que a venido a redimirnos, a levantar al hombre caído...

El amor es entrega pero es incondicional, apesar del rechazo del hombre viene a su búsqueda el creador...Esta es la grandeza del cristianismo. Un Dios incondicional que da herramientas al hombre para redimirse, para voltearse hacia el y tener un luz en su vida, Un porque de su existencia... Nuestro amor es cegado por nuestros sentimientos y emociones, ahorita lo buscamos y queremos mucho, pero nomas estamos bien , nos olvidamos y perdemos camino... Reflexionar sobre el amor de Dios dado en nuestro Señor Jesucristo que  vino al mundo a dar su vida, para que nosotros tuvieras vida ala vez...Un dia caminaba, muy triste por allí, sin saber ni hacia donde voy, pero al saber de él, conocer su historia, su vida lo que él ha hecho por mi en la cruz realmente he sentido su amor y me ha enseñado a amar...Esto es Amor...


El Aborto, El derecho a Decidir, La libertad...

Mucho se ha hablado del aborto Y últimamente a tomado mas fuerza ya que en México dos estados Baja California (noroeste) y San luis Potosí (norte). Y hasta el presidente mexicano Felipe Calderón a venido a tomar partido ver publicacion ...Bueno los políticos podran tener su opinión, la población tambien cuenta y se encuentra dividida. Aquí el punto se vendría ser, en que momento se considera que hay vida en la matriz de la mujer, "Si en el momento de la concepción" o "en las semanas posteriores conforme va tomando forma".

También muchos atravez de las redes sociales se han manifestado aportando con sus opiniones bajo el tang: #derechoadecidir . Y todos esas ya conocidas frases que todos hemos escuchado, como: " cada quien es dueño de su cuerpo", "La libertad de creencias", "el derecho a la vida"...entro otras...

Pero es cierto también que hay sus riesgos, no nada mas es ir abortar y Ya.. sino tiene sus repercusiones...leer articulo ...Es algo que te llevas para toda la vida y con el se carga, el pudiera ser o que hubiera pasado, son cosas que a muchos les atormente en los años posteriores al practicarlo... Creo que se tiene que ver esto y es algo muy delicado, también puede haber repercusiones en la salud, dependiendo el grado que se lleva acabo, pueden sufrir perforaciones en el útero,desgarros cervicales, leer articulo ...

Desde la definición de Aborto se habla de una interrupción, otras etimologías puede traducirse como "contrario a nacer" ..(ver definicion etimologica e historia). Existen diferentes tipos de aborto, desde el "espontaneo-natural" al "aborto provocado o criminal"... 

La iglesia defiende la vida y siempre a manifestado y sustentado que hay vida desde el momento de la concepción y por tanto llevar a cabo un aborto intencional es considerado como la muerte de un ser humano, una persona...(mas sobre la postura de la iglesia)...

Retomando frases coloquiales, ¿si fuéramos dueños de nuestro cuerpo? supongo yo, decidiéramos en que momento deseo morir, en que momento dispongo para enfermarme... ¿Si la libertad es hacer lo que quiera? Entonces puedo correr a mil por hora en carro por las principales calles de la ciudad, puedo hacer fiesta en mi casa y tomar la calle como local... Hay cosas que no son permitidas porque irrumpen el orden de una sociedad, el bien común. Y entonces ¿Donde radica mi libertad? Esta radica en la capacidad del  hombre de ejercer su voluntad y por lo que es responsable de sus actos...Cada quien es libre de llevar a cabo una acción la que desee, pero siempre y cuando se haga responsable de tales actos, no es nomas permitir algo, o hacer algo ala lijera sino ejerce una responsabilidad sobre esa acción...

Así como todos tenemos derecho a decidir, (pues sino no se estuviera en esta situación de embarazo) pero esas decisiones luego vendran a tomar repercusiones buenas o malas... infórmate, fundamenta tu opinión, si eres persona de fe se firme y ser tolerante para ayudar y no señalar y atacar o dar la espalda a quien lo necesita...

Pornografia, algo facil de adquirir!!!

En nuestro mundo contemporáneo, se vive una ciclo difícil en cuanto al control de la información ahora al alcance de todos. Y cual es esa información, que es lo que los jóvenes y los niños pueden tener a su alcance desde la comodidad de su hogar a travez del Internet. Y pues si nos estamos refiriendo al cine adulto, ha ese que circula por la red sin control, que la única pregunta para accesar a un sitio es si eres mayor de edad, y pues aquel que quiere accesar aquella información obvio que dará clip en que si es mayor de edad. 

El punto aquí es que la pornografía hoy en día esta al alcance de todo mundo y es fácil accesar a ella bastando dar unos simples clip en el mouse. Pero en si que es la pornografía, muchos la definen como lo obsceno del cine por ser este muy explicito y grotesco, de ahí su terminacion. Aunque si nos vamos a su termino logia en griego "Porno" es "Prostituta" y "grafía" "descripción" por tanto es "Descripción de una Prostituta" pero esto en cuanto a su termino logia. 

En el cine la definen mas como algo obsceno, que desvirtúa el arte y la sexualidad humana siendo esta muy explicita. En la iglesia católica hace mención su catecismo en el numero número 2354  "La pornografía consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados, fuera de la intimidad de los protagonistas, exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico" .

Hoy en día la Internet es tan necesaria para nuestra comunicacion e información, podemos saber en cuestión de segundos casi al instante de lo que esta sucediendo en otro lugar de este continente, ha servido pues para cosas muy buenas, nos ha unificado. Pero a su vez debido al control que no hay de este medio sirve para compartir vídeos explícitos e imagenes indecentes (desnudos) creando sitios dedicados a ello. Al goce sin responsabilidad de la sexual, llevándola a niveles de violencia o hasta grotesco con tal de hacer cosas diferentes a otros(competencia, es decir, a otros sitios de Internet).

Como esto no se pude evitar, por ser un medio libre y el cual cada quien da uso de lo que quiere y como quiere usarlo. No queda mas que tener el control  pero en casa, el orientar e informar adecuadamente sobre los daños que pueden causar (vicio, masturbación,desorientacion sexual, promiscuidad) .El tener comunicacion e informarnos adecuadamente, asesorandonos con personas o profecionales en el ramo sexual. Para tener una mejor orientación y cuidado sobre nuestra sexualidad...



¿Que nos hace ser hijos de Dios?


El hombre es el fin y el culmen de toda la Creación y debe amar y alabar a su Creador. Como ser humano tiene una dignidad inmensa y, además, tiene unos derechos y obligaciones, inherentes a su realidad de persona humana, que provienen directamente de su Padre Dios. Naturalmente no somos hijos de Dios: somos sus criaturas y entre Dios y el hombre, existe una distancia Infinita. Aunque seamos la cúspide de la Creación, no tendríamos el derecho de llamara Dios "Padre", como un ser inferior, por ejemplo un animal, no tendría derecho de llamar padre a una persona humana. Pero en- el Bautismo, al ser infundidos de la Vida Divina, nacemos realmente de Dios, somos elevados por sobre la naturaleza humana y por eso también llamamos a la Gracia "Vida Sobrenatural". Por eso San Juan emocionado nos dice: "¡Vean qué amor singular nos ha dado el Padre, que no solamente nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos!" (1 Jn.3,1)

La divinización del hombre es obra del Espíritu Santo. No hemos sido bautizados tan solo en agua, sino en agua y Espíritu Santo. El viene a nosotros calladamente, sin luces celestes ni música angelical, porque normalmente así actúa Dios, en el silencio de la Fe. Por eso nuestros cuerpos son sagrados. San Pablo tiene que increpar duramente a los Corintios que caían en toda clase de depravaciones. "¿No saben ustedes que son Templo de Dios y que el Espíritu Santo hábita en ustedes? Al que destruya el Templo de Dios, Dios lo destruirá. El Templo de Dios es santo y ese templo son ustedes" (1 Cor.3,16-17).

El Bautismo, al comunicarnos la Vida de la Gracia, que no es otra cosa que la Vida Divina, nos hace hijos de Dios Padre, hermanos de Jesucristo, templos del Espíritu Santo e hijos de María Santísima, miembros de la Iglesia y partícipes de sus méritos infinitos, imprimiendo en nuestras almas un carácter indeleble. Pero aún hay más: el Bautismo nos hace SANTOS pues la santidad consiste precisamente en vivir en Gracia de Dios, en llevar en nosotros la misma Vida Divina. "Sean santos como vuestro Padre Celestial es Santo" es el deseo de Jesucristo.

Sin embargo, no sucede lo mismo con el Bautismo, a veces no le damos la importancia que tiene o estamos confundidos porque escuchamos diferentes opiniones y nos olvidamos de que la Biblia nos dice: “El que crea y se bautice se salvará”. (Mc. 16, 16)

Como todos sabemos, los hombres nacemos con el “pecado original” que cometieron nuestros primeros padres, Adán y Eva. Como Dios nos ama mucho y sabía que mientras estuviésemos en pecado, no podríamos vivir en amistad con Él, nos envió a su Hijo Jesucristo, quien se hizo hombre como nosotros para salvarnos y hacer posible la vida de amor con Dios.

Para ello Cristo, murió en la cruz y resucitó. De esa manera venció al pecado e hizo posible que nosotros podamos morir al pecado y nacer de nuevo a la vida de Dios. Todo ello, gracias al Bautismo.

Porqué en Jesucristo? ¿Quien es?


Los cristianos confesamos que Jesús es el Cristo. Muy pronto las dos palabras de esta confesión de fe "Jesús" y Cristo", se fundieron en una. Jesucristo, con la que desde los tiempos del Nuevo Testamento venimos nombrando a Jesús. Jesús quiere decir en hebreo "Dios salva". En su nombre está su identidad y su misión. En efecto, a lo largo de todo el Antiguo Testamento se repite la promesa de que Dios mismo, en persona, salvará definitivamente a su pueblo y a toda la humanidad. Mesías quiere decir "ungido". En Israel eran ungidos en nombre de Dios los elegidos los consagrados por el Señor para ejercer una misión señalada en su pueblo. Eran ungidos los reyes y los sacerdotes. Muy excepcionalmente lo eran los profetas.


"Y el Verbo se hizo carne, y acampó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14) La Encarnación es un acontecimiento que tuvo lugar en un tiempo determinado de la historia, pero su origen está absolutamente más allá de todo el universo. Ha sucedido una única vez y para siempre. Dios: se ha unido a través de su Hijo definitivamente con el hombre y con su creación. Dios no dejará de ser nunca "Dios con nosotros".


Nosotros creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del rey Herodes el Grande y del emperador César Augusto; de oficio carpintero, muerto crucificado en Jerusalén, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado del emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha "salido de Dios" (Jn 13, 3), "bajó del cielo" (Jn 3, 13; 6, 33), "ha venido en carne" (1 Jn 4, 2), porque "la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad... Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia" (Jn 1, 14. 16). CIC 423...


El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de la Anunciación, significa “Dios salva”. Expresa, a la vez, su identidad y su misión, “porque él salvará al pueblo de sus pecados” (Mt 1, 21). Pedro afirma que “bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos” (Hch 4, 12).


“Cristo”, en griego, y “Mesías”, en hebreo, significan “ungido”. Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios, ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora. Él es el Mesías esperado por Israel y enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el título de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido: “bajado del cielo” (Jn 3, 13), crucificado y después resucitado, Él es el siervo sufriente “que da su vida en rescate por muchos” (Mt 20, 28). Del nombre de Cristo nos viene el nombre de cristianos.


Jesús es el Hijo unigénito de Dios en un sentido único y perfecto. En el momento del Bautismo y de la Transfiguración, la voz del Padre señala a Jesús como su “Hijo predilecto”. Al presentarse a sí mismo como el Hijo, que “conoce al Padre” (Mt 11, 27), Jesús afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Él es “el Hijo unigénito de Dios” (1 Jn 4, 9), la segunda Persona de la Trinidad. Es el centro de la predicación apostólica: los Apóstoles han visto su gloria, “que recibe del Padre como Hijo único” (Jn 1, 14).






El Corazon de Jesucristo...


La devoción al Sagrado Corazón al enfocarse en el corazón de Jesús, de forma metafórica se refiere a la vida emocional y moral de Jesús, especialmente a su amor por la humanidad. Esta devoción está íntimamente ligada a la devoción a la Divina Misericordia. También se refiere amor y adoración a Jesús.


La devoción al Corazón de Jesús tiene un origen medieval, siendo los escritos de santa Matilde de Hackeborn, santa Gertrudis de Helfta y la beata Ángela de Foligno uno de los testimonios más antiguos. Sin embargo la fuente más importante de la devoción en la forma en que la conocemos ahora, fue Santa Margarita María Alacoque de la Orden de la Visitación de Santa María, a quien Jesús se le apareció.


El corazón representa la sede de los afectos y sentimientos. Las Sagradas Escrituras revelan el amor infinito de Dios que nos creó a sus imagen, capaces de amar. Jesús confirmó el Mandamiento principal de Dios: "amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12,30). Tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo. El nos amó y nos ama con un corazón humano que revela el infinito amor de Dios. El corazón traspasado de Jesús en la cruz revela su amor que es el amor del Padre.


Este Amor que ama hasta el extremo del amor, La parábola del siervo sin entrañas,que culmina la enseñanza del Señor sobre la comunión eclesial, acaba con esta frase: "Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano". Allí es, en efecto, en el fondo "del corazón" donde todo se ata y se desata. No está en nuestra mano no sentir ya la ofensa y olvidarla; pero el corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en intercesión. (CIA 2843)








Mirar al Resucitado,,,fortalece nuestra fe... Nos da esperanza de Vida

Definitivamente nos da esperanza y sobre todo nos da sentido a nuestra vida, fortalece nuestra fe, pues nos alimenta el pensar y creer que Jesus de Nazaret resucito, es lo que da sustente y fuerza a nosotros los cristianos. Pues de que serviria un Dios muerto, un Dios que no puede resucitar, Dios que no puede hacer de lo imposible lo posible, que rompe con todos los expequemas paradigmas humanas, y esquemas logicos.

Para Dios no hay imposibles, y no solo es un Dios, y el cual le debemos el simple hecho de existir, el cual en otras culturas lo tienen como todo un poderoso pero lo ven muy lejano del hombre y de la tierra. Nosotros tenemos y creemos y debemos profesar un Dios no solo todopoderoso y amoroso sino que no esta tan lejano de nosotros , sino todo lo contrario, que viene al encuentro del hombre, nos habla de su reino, nos da testimonio de vida, habla de hechos concretos y reales, es parte de la historia de nuestra humanidad, nadien puede negar este hecho, es un dato historico, quien niega que Jesus no existio, quien niega que Jesus no fue un buen hombre, que predicaba la verdad, que comia con buenos, malos, ricos y pobres, que profeso el amor y lo vivio hasta el extremo entregandose él mismo por una causa noble, una causa justa , o como el decia simplemente, "He venido ha cumplir la voluntad de mi Padre".



Y lo mas impactante de todo esto, por decirlo asi, resucito, y hay testigos de ello, y esto trecendio a todos los lugares del mundo por muchos años hasta llegar al dia de hoy, en nuestra vida, en nuestra epoca, se hace presente, cuanto no ha cambiado el mundo, cuantas historias podemos contar, escuchar a nuestros abuelos hablar de como eran sus tiempos de juventud, y Cristo sigue presente, ha trecendido generaciones, la misma historia, la misma fe, la misma creencia, y pregunto que es lo que me mueve ha vivir, que es lo que me detiene ha creer.

Creer en la resurreccion de Jesucristo.... Fundamento de nuestra FE


Es un reconocido y bien establecido hecho, que Jesucristo fue públicamente ejecutado por crucifixión en el Ier. siglo d.C., en Judea bajo Poncio Pilato, a petición de Sanedrín judío. Los relatos históricos no cristianos de Flavio Josefo, Cornelio Tácito, Luciano de Samosata, Maimónides y aún del Sanedrín judío, corroboraron las declaraciones de los primeros cristianos que atestiguaron estos importantes aspectos históricos de la muerte de Jesucristo.


La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder sobre él; Él tiene el poder de levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración. Solo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte, solo Él puede revertir la atrocidad que es la muerte misma, y solo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la resurrección de Jesús de la tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.


En 1 Corintios 15, Pablo explica en detalle la importancia de la resurrección de Cristo. Algunos en Corinto no creían en la resurrección de los muertos, y en este capítulo, Pablo da seis consecuencias desastrosas si es que no hubiera resurrección; 1) No tendría sentido el predicar a Cristo (v.14); 2) la fe en Cristo sería vana (v. 14); 3) todos los testigos y predicadores de la resurrección serían mentirosos (v. 15); 4) nadie sería redimido del pecado (v. 17); 5) todos los creyentes que nos precedieron, habrían perecido (v. 18); y 6) los cristianos serían la gente más digna de conmiseración en el mundo (v. 19). Pero Cristo sí se levantó de entre los muertos y “primicias de los que durmieron es hecho.” (v. 20), asegurando que lo seguiremos en la resurrección.


Pero para los cristianos es importante reflexionar si de verdad creemos en la resurrección de Cristo, ya que la vida moderna y sus circunstancias pueden hacer de nosotros “creyentes que no creen”. Y es que si miramos a nuestro alrededor podremos constatar que aunque fuimos muchos los que acudimos a la Vigilia Pascual y a la celebración del domingo de resurrección parece que es difícil cambiar el mundo en el que vivimos. Si creemos con verdadera fe y convicción en que Jesús venció a la muerte, esa misma fe se podría ver reflejada en nuestra vida cotidiana.

¡Y el verbo se hizo carne! Jesucristo es verdadero Dios

Juan 1:14-18
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de amor y verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. Juan dio testimonio de él, diciendo: “Este es aquel a quien yo me refería cuando dije que el que viene después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo.” De sus grandes riquezas, todos hemos recibido bendición tras bendición. La ley fue dada por medio de Moisés; el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.

Posiblemente para nosotros es difícil entender como Jesús podía ser Dios y hombre al mismo tiempo, pero esto es lo que Juan dijo. Es algo que debemos aceptar por fe. Jesús vino a la tierra y caminó entre nosotros. Él experimentó dolor, sintió pesar y rechazo, y sintió el gozo de la amistad. Porque él ha sido uno de nosotros, él puede relacionarse con nosotros. Él no es un Dios distante; él entiende nuestras emociones. Él ha reído y llorado, él ha tenido hambre y sed, él ha estado cansado y solo. Lo esencial es esto: Él sabe lo que nos está pasando, porque las mismas cosas le pasaban a él. Una versión de la Biblia dice que “La palabra se encarnó, y se mudo al barrio.” Jesús todavía era Dios pero tomó la forma física de hombre, con todas nuestras debilidades y vulnerabilidad.

Juan sigue diciendo que Jesús era “lleno de amor y fidelidad inquebrantables.” Otra versión de la Biblia dice que él era lleno de gracia y verdad. De cualquier forma, vemos el corazón de Dios que está representado en Jesús, el Dios-hombre. Es como si Dios ha alcanzado a dentro de su mismo y nos dio su propio corazón cuando nos mandó a Jesús. Él nos enseñó quien era él y lo que es importante para él – no con poder y autoridad terrenal, pero amor, misericordia, y verdad.

El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5)

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres.Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios. La encarnación es, pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única Persona del Verbo.

El hombre esta llamado a ser parte del pueblo de Dios


El Pueblo de Dios
Fuente: http://www.churchforum.org.mx/
Jesús vino a la tierra no sólo para revelarnos su divinidad y la verdad de los grandes problemas de la existencia. Vino, como dice el Evangelio, para que tuviéramos vida (Jn. 10,10), para salvar lo que estaba perdido (Lc. 19, 10). Pero esta vida Jesús quiso dárnosla no individualmente sino en comunidad. Para este fin se eligió un pueblo con un nombre especial: la Iglesia, comunidad de salvación y depositaria al mismo tiempo de los medios para conseguirla, y llama a la vida eterna.

LA IGLESIA ES LA PROYECCION EN EL TIEMPO DE AQUEL HECHO UNICO QUE FUE LA ENCARNACION DEL HIJO DE DIOS.

El libro del Génesis nos dice que un día habló Dios a un hombre del desierto llamado Abraham y le invitó a abandonar su país y su familia para establecerse en una tierra que El mismo le mostraría.
En premio de su obediencia lo constituiría padre de un gran pueblo que se distinguiría de todos porque el principio que le había dado origen y lo tenía unido era un principio religioso, una llamada de Dios renovada continuamente, una elección particular. "Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahvé, tu Dios. Yahvé, tu Dios, te ha elegido para pueblo suyo entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra. Yahvé se fijó en vosotros y os eligió, no por ser el pueblo más numeroso entre todos los pueblos, ya que sois el más pequeño de todos. Porque Yahvé os amó y porque ha querido cumplir el juramento hecho a vuestros padres, y os ha sacado de la tierra de Egipto con mano poderosa y os ha librado de la casa de la esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto" (Dt. 7, 6-8).

Durante el viaje de retorno de Egipto Dios firmó un pacto de alianza con este pueblo. "Escribió, pues, Moisés todas las palabras de Yahvé, y levantándose de mañana erigió un altar al pie de la montaña y doce cipos por las doce tribus de Israel. Luego mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel a ofrecer holocaustos e inmolar novillos como sacrificios pacíficos en honor de Yahvé. Después tomó Moisés la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Tomó luego el libro de la Alianza y lo leyó en presencia del pueblo, el cual dijo: Cumpliremos todo lo que ha dicho Yahvé y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y la derramó sobre el pueblo diciendo: Esta es la sangre de la Alianza que Yahvé ha hecho con vosotros, mediante todas estas palabras" (Ex. 24, 4-8).

Toda la historia de Israel gira en torno a este pacto. El bien y la prosperidad son la recompensa de Dios a la fidelidad, como el mal es el castigo a la infidelidad. Sin embargo, la predilección de Dios no se ve correspondida. El pueblo escogido es infiel y se abandona con frecuencia a la idolatría y viola los mandamientos que había prometido observar. Hay un cierto momento en que Dios se hastía de tanta infidelidad y lo rechaza: "porque vosotros no sois ya mi pueblo ni yo soy vuestro Dios" (Os. 1, 9). Solamente salvará de esta reprobación al pequeño "resto" formado por aquellos pocos que se mantuvieron fieles en la infidelidad general.

Serán el primer núcleo de otro pueblo que Dios formará y con el que sellará una alianza que no se quebrantará jamás (Jer. 31, 31-34).
Esta nueva alianza supondrá una transformación interior, un corazón nuevo que permitirá al pueblo observar las promesas hechas (Ez. 36, 26-28). También será universal, abarcará todos los pueblos de la tierra (Is. 2, 2-3; Zac. 2, 14-15).

Por eso el pueblo de Dios, tal como lo describe el Antiguo Testamento, tiene origen en una llamada, en una elección. Su unión es el producto de un principio externo. En su historia Dios inicia un nuevo modo de manifestarse a los hombres: no sólo ni principalmente en los fenómenos naturales, sino también en los acontecimientos históricos.

Al llegar la plenitud de los tiempos el Hijo de Dios se hace hombre y fija su morada entre los hombres (Jn. 1, 14), en torno a esta reúne al nuevo pueblo. Lentamente se forma en pos de el una pequeña comunidad de personas, los apóstoles, representantes del primer núcleo del nuevo pueblo que vino a formar en la tierra. Hace una nueva alianza con el sacrificio de su propia sangre: "Este cáliz - dice a los apóstoles - es la nueva alianza de mi sangre"
(Lc. 22, 20).
También este nuevo pueblo de Dios surge de una llamada, de una vocación. La muerte de Cristo está destinada a reunir a todos los hijos de Dios (Jn. 11, 52) para que todos tengan la vida y la tengan abundante (Jn. 10, 10). Cristo será luz del mundo para todos (Jn. 8, 12), el que los purifique de sus pecados (Jn. 1, 29).

Cristo, después de su Resurrección, encomienda a sus apóstoles predicar su reino a todos los hombres: " Y llegándose Jesús les habló diciendo: Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos míos todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt. 28, 18-20).
Cristo les promete enviar el Espíritu Santo para fecundizar su palabra y constituirlos testimonios ante el mundo (He. 1, 8), con esta ayuda proclamarán su doctrina en todo el mundo.

Así pues, todos los hombres están llamados a formar parte del pueblo de Dios, un pueblo verdaderamente católico, en el que las diferencias sociales y nacionales desaparecen para dar origen a un pueblo nuevo "en el que no cabe distinción entre griego y judío, circuncisión o incircuncisión, bárbaro, escita, siervo, libre, sino que Cristo es todo en todos" (Col. 3, 11) porque todos son hijos del mismo Padre que es Dios.

A diferencia del antiguo, el nuevo pueblo de Dios debe su unidad no sólo a una vocación externa o a la observancia de una ley promulgada por el mismo Dios, sino a un principio interno que obra en sus miembros un renacer espiritual. "El que no nace de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios" (Jn. 3, 5). Este principio es la vida divina que se nos infunde en el bautismo para morir al hombre viejo y nacer al nuevo. Para desarrollar esta vida Jesús instituyó los sacramentos, en particular la Eucaristía en la que el pueblo de Dios encuentra su unidad máxima alimentándose del mismo pan de vida y bebiendo del mismo cáliz de la sangre del Hijo de Dios (I Cor. 10, 16-17). Así Cristo derriba el muro entre el pueblo elegido y los otros siendo todos huéspedes y miembros de la casa de Dios (Ef. 2, 14-16).

El nuevo pueblo de Dios es sacerdotal, Profético y Real. El Nuevo Testamento nos indica en algunos textos la dignidad de sus miembros y lo que significa estar consagrados a Dios.
San Pedro, en su primera carta, nos explica que, por el bautismo, somos SACERDOTES, es decir, templo espiritual que celebra y ofrece el culto espiritual; cada miembro es piedra viviente de un edificio que se apoya en la piedra angular que es Cristo para ofrecer con El el sacrificio espiritual (I Pe. 2, 1-10). Más adelante, San Pedro relaciona el carácter sacerdotal del pueblo de Dios con la proclamación del Evangelio. Es decir, es también un pueblo PROFETICO destinado a anunciar a los otros el Evangelio de salvación (IPe.2, 12).

San Pablo nos habla también de este SACERDOCIO de los fieles: “Así que os ruego, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: este es el culto que debéis ofrecer" (Rom. 12, 1).
San Juan nos llama "un reino de SACERDOTES" (Ap. 1, 6). El sacrificio de Cristo hizo a los cristianos REYES: "Porque has sido degollado has rescatado para Dios con tu sangre a los hombres de todas las tribus, lengua, pueblo y nación. Tú has hecho para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes reinando sobre la tierra" (Ap.5,9-10).

Los sacrificios que ofrece este pueblo de sacerdotes son espirituales. Son, por ejemplo, las oraciones que el pueblo cristiano ofrece a Dios, la entrega total del propio cuerpo y de todo el ser a Dios; la fe que San Pablo llama "sacrificio"; la predicación del Evangelio; las "limosnas" que llama el apóstol "perfume suave, ofrenda agradable y aceptada por Dios"; "la beneficencia y mutua ayuda" (Ap. 8, 3-4; Rom. 12, 1; Flp. 2, 17; Rom. 15, 16; Heb. 13-16). En una palabra, son sacrificios espirituales las acciones de la vida cristiana informadas por la fe y la caridad.
En este sentido, toda la vida del cristiano es un acto sacerdotal.
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