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Milagros de Jesucristo


Los milagros son el lenguaje de Dios, la naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos que no estan cerrados por la rutina. El milagro tiene un lenguaje especial. Es la forma en la que Dios se comunica o manifiesta. Hablan del amor omnipontente de Dios.


En los evangelios encotramos exactamente 39 milagros de Jesus de los cuales 24 son referencia a curaciones, 10 de tipo natural y cuatro resurreciones. Los milagros en Jesus son una prueba de verdad sobre si mismo, Jesus afirma de su persona que tiene el poder para perdonar los pecados y para mostrarlo realiza una obra digna de Dios y no del hombre. Lo vemos en el evangelio de San Mateo 9 1-8. (En la que cura al paralitico diciendole que sus pecados le son perdonados y termina diciendo levantate y anda).


Los milagros de Jesus se entienden en el contexto del reino de Dios. Mt 12.28 (Si yo expulso a los demonios por el espiritu de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a nosotors). Jesus inagura el reino de Dios y los milagros son una llamada a una respuesta creyente. Reino y milagros son inseparables, esto es algo fundamental y distintiva de los milagros de Jesus.


Los milagros no eran frutos de tecnicas, como doctorores o de la actuacion de los demonios (magos) sino el resultado del espiritu de Dios.

Los milagros de JesusCristo una llamada a la FE


Se ha estudiado que Cristo predica un nuevo Reino de Dios, que realiza y supera todas las esperanzas del pueblo elegido. Esta predicación queda ampliamente aclarada con los milagros. Los milagros son un anticipo de la salvación, además de una llamada a la fe. Por eso hay milagros que significan una clara salvación y redención de los tres males que esclavizan a los hombres: el demonio, el pecado y la muerte. Con los milagros, Jesús quiere dejar patente que ya ha llegado el Reino de Dios. En una ocasión dirá: «el Reino de Dios está dentro de vosotros» (Lc. 17, 21).


Los milagros son el lenguaje de Dios. La naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos, que no están nublados por la rutina, toda la creación es un canto de alabanza al Creador que pregona: Él nos ha hecho. La belleza del mundo es palabra hermosa que habla de Dios. Todo habla de Dios y de su esplendor de gloria. Pero el milagro tiene un lenguaje especial. Es el lenguaje privado de Dios. Sólo Él puede emitir una palabra que vaya más allá de los límites que ha querido establecer en la naturaleza. Los milagros hablan del amor omnipotente del eterno. Y Dios habla en Jesús con tantos milagros que, al cabo de los tres años, casi se acostumbran a esa grandeza. Todos los milagros de Jesús son para el bien; nunca realiza ningún milagro para castigar o hacer caer fuego del cielo sobre los injustos o los malhechores. Los que los observan, ven el dedo de Dios que señala: mirad a mi Hijo. Los beneficiados se gozan. Los ciegos se llenan de alegría, al ver; los paralíticos saltan de gozo, y los leprosos estrenan nueva convivencia al quedar limpios.


En muchas ocasiones precede a los milagros la absolución de los pecados por Jesucristo. En el caso del paralítico de Cafarnaúm los escribas le criticaban diciendo dentro de sí: Este blasfema. Jesús les dijo: «¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados; o decir levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, dijo al paralítico: Levántate, toma tu lecho y vete a casa. El levantándose, fuese a su casa» (Mt. 9, 4-7) En realidad todos los milagros están dirigidos a la superación del pecado, pues de poco sirve superar la enfermedad del cuerpo que acaba desapareciendo, si no se supera la enfermedad del alma que durará para siempre. El milagro físico, en el caso del paralítico de Cafarnaúm, es el signo de una acción más profunda: el perdón de Dios. Los escribas y fariseos no lo entendieron.


Jesús dará a conocer su mesianidad por medio de los milagros, pero cada milagro será un signo elocuente de lo que viene a traer al mundo: una felicidad nueva, traída por un amor generoso y fuerte, que llega de lo Alto.

¡Y el verbo se hizo carne! Jesucristo es verdadero Dios

Juan 1:14-18
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de amor y verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. Juan dio testimonio de él, diciendo: “Este es aquel a quien yo me refería cuando dije que el que viene después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo.” De sus grandes riquezas, todos hemos recibido bendición tras bendición. La ley fue dada por medio de Moisés; el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.

Posiblemente para nosotros es difícil entender como Jesús podía ser Dios y hombre al mismo tiempo, pero esto es lo que Juan dijo. Es algo que debemos aceptar por fe. Jesús vino a la tierra y caminó entre nosotros. Él experimentó dolor, sintió pesar y rechazo, y sintió el gozo de la amistad. Porque él ha sido uno de nosotros, él puede relacionarse con nosotros. Él no es un Dios distante; él entiende nuestras emociones. Él ha reído y llorado, él ha tenido hambre y sed, él ha estado cansado y solo. Lo esencial es esto: Él sabe lo que nos está pasando, porque las mismas cosas le pasaban a él. Una versión de la Biblia dice que “La palabra se encarnó, y se mudo al barrio.” Jesús todavía era Dios pero tomó la forma física de hombre, con todas nuestras debilidades y vulnerabilidad.

Juan sigue diciendo que Jesús era “lleno de amor y fidelidad inquebrantables.” Otra versión de la Biblia dice que él era lleno de gracia y verdad. De cualquier forma, vemos el corazón de Dios que está representado en Jesús, el Dios-hombre. Es como si Dios ha alcanzado a dentro de su mismo y nos dio su propio corazón cuando nos mandó a Jesús. Él nos enseñó quien era él y lo que es importante para él – no con poder y autoridad terrenal, pero amor, misericordia, y verdad.

El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5)

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres.Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios. La encarnación es, pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única Persona del Verbo.

Los milagros, para los cristianos que son? Jesus y sus milagros


Milagros, ya San Agustin en su epoca lo mencionaba una definicion:

“Los milagros no se contradicen con las leyes de la naturaleza, sino con lo que sabemos sobre ellas.” (San Agustín, Doctor de la Iglesia)


un milagro es en sí un hecho sobrenatural en el cual se manifiesta el amor de Dios hacia los humanos y se demuestra su existencia, pero la única verdad es que la fe no necesita de milagros. Según las palabras de los Evangelios, el que cree no necesita ver.



Para que la iglesia considere que un hecho es milagroso, éste no debe tener una explicación científica. Cuando se le atribuye un milagro a una persona difunta, ésta puede llegar a ser beatificada y luego canonizada por el Vaticano. Un milagro se podría considerar también como una señal de que el Fin del mundo está cerca, o que Dios, la Virgen María, etc., están buscando maneras de comunicarse con los seres humanos en la Tierra.


Un milagro es un efecto perceptible a los sentidos que sobrepasa los poderes de la naturaleza y de todo ser creado. Es por lo tanto una acción que solo puede ser de Dios y tiene como fin dar testimonio de la verdad. Dios actúa gratuitamente por amor para dar un signo o mensaje al hombre y una llamada a la conversión.


La creación está siempre bajo la guía providente de Dios. El generalmente realiza su obra valiéndose de las leyes que El mismo puso en la naturaleza, pero no está limitado a ellas.
Las Sagradas Escrituras, ya desde el Antiguo Testamento nos relatan muchos milagros (Moisés divide las aguas, Ex 14:21). Los mas importantes son los que hizo Jesucristo. Sus milagros manifiestan que El es verdaderamente Dios, ya que los hacía con su propio poder.



Los milagros de Jesucristo


El día de Pentecostés, después de haber recibido la luz y el poder del Espíritu Santo, Pedro da un franco y valiente testimonio de Cristo crucificado y resucitado: “Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús de Nazaret, varón probado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales…; a éste…, después de fijarlo (en la cruz)…, le disteis muerte. Al cual Dios lo resucitó después de soltar las ataduras de la muerte” (Act 2, 22-24).

Los Evangelios sinópticos y el de S. Juan narran más de 30 de estos “milagros, prodigios y señales” de Jesús, que suelen distribuirse hoy día en dos grandes grupos: 1) milagros con respecto a seres humanos, o sea, curaciones (de posesos, ciegos, paralíticos, leprosos, etc.) y resurrecciones de muertos; y 2) milagros sobre la naturaleza.

La crítica y la investigación bíblica acerca de los milagros de Jesús ha centrado su atención en tres aspectos del tema: histórico, literario, y teológico. Estos tres aspectos plantean y responden a tres preguntas metodológicas: 1) ¿Hubo realmente milagros en la vida de Jesús?; 2) En caso positivo, ¿son reconocibles a través de los relatos evangélicos llegados hasta nosotros?; 3) ¿Qué significado poseen los milagros del Señor? La primera cuestión ha sido planteada por la crítica racionalista. Ante ella podemos afirmar que la ciencia histórica permite concluir con seguridad que Jesús obró milagros. Respecto a la segunda pregunta también ha sido respondida afirmativamente.


En efecto, no ha sido una forma (literaria) preexistente la que ha originado la situación, sino que ha sido, un tipo de acontecimientos maravillosos los que han llevado a usar y quizá también a crear esta forma de relatos. Y por último, el estudio del significado teológico de los milagros nos los descubre como parte esencial de la Revelación al tener como fuente última la Resurreción de Jesucristo.

Jesucristo el personaje mas y mejor estudiado atraves de la historia


"Jesucristo es el personaje más y mejor estudiado a lo largo de estos 21 siglos que han transcurrido desde su entrada en la historia humana".

Jesucristo es el personaje más y mejor estudiado a lo largo de estos 21 siglos que han transcurrido desde su entrada en la historia humana. Nadie como Él ha sido estudiado con tanta profundidad porque nadie como Él ha suscitado tanto interés. Vivió poco tiempo, pues apenas pasaba de los treinta años cuando murió. Y falleció ajusticiado como un malhechor. No fue pues un hermoso final. Y, sin embargo, su doctrina vivida y predicada ha sido el comienzo de la mayor revolución de la historia de la humanidad.


Ninguna doctrina, teoría filosófica o civilización ha influido jamás tanto en las personas de todas las épocas y circunstancias; incluyendo todos los aspectos de la vida, tanto cultural, como artística, moral, jurídica, familiar, etc. El asunto verdaderamente desconcertante y que, de ser cierto, hace singular a esta persona es que vive actualmente . ¿Acaso no murió realmente como ha quedado dicho? No. En efecto, murió. Murió y además gracias al estudio de los documentos que narran su muerte, es el hecho histórico mejor documentado. Pero igual de documentado está su Resurrección.


El asunto, para que vamos a negarlo, que está en el fondo de todo planteamiento relacionado con Jesús, es el de su personalidad. ¿Quién es en realidad? Evidentemente, una persona con buena salud psíquica no se creerá jamás -al menos en serio- que es Dios, y desde luego nadie cuerdo acepta tanto sacrificio para mantener una postura falsa e hipotética. Sin embargo, Jesús de Nazaret, está persuadido de ser Dios y por mantener la defensa de tal identidad será condenado a muerte y ejecutado. Los relatos evangélicos, pese a no dibujar el retrato físico de Jesucristo, son generosos a la hora de aportar datos sobre la fisonomía moral. Vamos a intentar la osadía de esbozar en el carácter de Jesús de Nazaret al hilo documental, meramente histórico, de los evangelios.