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¿Jesus es Dios? Biblicamente Hablando

Jesús habla de su cualidades extra-ordinarias o sobrenaturales, citadas en los evangelios, y dichas por el mismo..
"En el principio era la palabra... y la Palabra era Dios" (Jn. 1,1) ; 
"Yo y el Padre somos una sola cosa" (Jn. 10, 30) ; 
"Antes de que abraham existiera, Yo Soy" (Jn 9,58) ;
"Soy luz del mundo" (Jn 9,5) ;
"Os digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo Soy"  (Jn 13,19) ;
"Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces sabran que Yo Soy" (Jn 6,28) ;
"¿No crees que estoy en el Padre y que el Padre esta en Mi? (Jn 14,10) ;
"Yo soy la resurreccion. El que cree en mi, aunque muera, vivira" (Jn 11,25) ;

Jesús es enjuiciado por llamarse Hijo de Dios: "Yo soy el Hijo de Dios" (Jn 10,36) ; (Mt 26,63)




Reflexión Semana Santa

La Semana Santa, es un tiempo importante para la iglesia católica  debemos de tomarnos nuestro tiempo para participar en las celebraciones de nuestra parroquia. No son las vacaciones que tomamos, sino es un tiempo que la Iglesia a decido tener para dedicarle a Dios y revivir el momento justo del sustento de nuestra fe.

Jesús es el Hijo de Dios, el que los profetas habían anunciado, El Cristo (el ungido) da su vida por nosotros. Revivir la pasión de cristo, es alimentar nuestra fe, es saber de donde venimos y hacia donde vamos.

Nuestra Iglesia nos presenta un Cristo vivo, que podemos tocar, que podemos contemplar. Los 40 días de cuaresma son la preparación para estas grandes celebraciones, llenas de solemnidad en nuestras comunidades parroquiales. Cada uno de nosotros en su Parroquia mas cercana podrá participar y con ello vivir, la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Podemos participar si ya tenemos tiempo que asistimos a nuestra comunidad parroquial, podemos ofrecernos para realizar un servicio, estar disponibles para lo que nos pidan apoyo, y si, no es así, también puedes participar asistiendo a tu Iglesia,  llegando con puntualidad, mostrando el debido respeto y nuestra ropa adecuada para la ocasión.

Lo importante es estar disponibles y todos juntos hacer de esto, toda una experiencia inolvidable, que realmente nos llene de fe, alegría y convencidos de estar en el camino correcto, retomar fuerzas para seguir  adelante..
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"Cristo Luz del Mundo" ¡Soy el Camino la Verdad Y la Vida!

"Cristo es la luz del mundo, porque en El brilla el conocimiento de la gloria de Dios que continua revelando en la compleja trama de las historia el sentido de la existencia humana". Benedicto XVI 

Su ejemplo es el camino a seguir en nuestra vida. Jesús es el maestro. No, nos podemos conformar con ser cristianos a nuestra manera o dar el tiempo que sobra. El cristiano verdadero, es obediente ante todo a su Padre. Su vida es un servicio porque todo es amor. Amor es dar sin recibir nada a cambio, ayudar y servir sin pensar en lo que recibirás o el beneficio que posiblemente obtengas.

Esto no es un martirio ni mucho menos una flajelacion. El servir en el amor nos hace libres y la libertad nos da la felicidad y por tanto nos muestra la verdad. Somos hijos de Dios a su imagen y semejanza. Mt 20:28 "Así como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos". 

Jn 14:6 "Yo soy el camino la verdad y la vida" , El mismo Jesús se proclama Yo soy, mismas palabras vienen a recordar aquel mandato dado a través de Moisés a su pueblo, en la salida de Egipto, "Yo Soy" viene a recordar la alianza hecha a su pueblo como el que salva. Así Jesús vienen a cumplirse las escrituras, siendo el mismo el sacrificio, su sangre derramada a darnos vida a nosotros y ser luz en el mundo anunciando la Buena Nueva.

¿Quien es Jesús de Nazaret?

¿Quien es Jesús? Es el hombre que se le asigna al Dios hecho hombre. Jesús es Dios y hombre, es por eso que ha querido nacer de una mujer, para ser totalmente carne como cualquier otro ser humano en este planeta. Jesús viene ha ser el salvador, el anunciado por los profetas.

Para que Dios se encarnara, eligió una mujer entre muchas, pero era una especial. María se dice permaneció Virgen toda su vida, porque al casarse ella y José ofrecieron para siempre su castidad como regalo a Dios.

Aun así Dios quiso preguntarles si querían aceptar tales designios de parte suya, es por eso que envió al ángel Gabriel y le pregunta, contestando María, "Hagase en mi según tu palabra."(Lc. 1, 26-38) (Jn 19, 26-27)


Es Jesús en que vienen a cumplirse todas las promesas hechas a los antiguos padres y profetas. Es Jesús el salvador, el Cristo "El Ungido" el hijo de Dios vivo... (Mateo 14:33; 28:9) (Juan 5:23)

El Nacimiento De Jesús "Origen y representación"

La Iglesia en su misión de ir por todo el mundo a evangelizar y dar la buena nueva, se ha tomado el tiempo para que dentro del calendario dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. La Navidad viene a ser la encarnación del Hijo de Dios vivo, Jesús vienen a cumplirse las profecías y hacer real la fe de nuestra Iglesia. 

El nacimiento de Jesús viene adentrarnos en el misterio de la encarnación, Dios que se hace hombre, Que viene al encuentro del hombre, Luz del mundo (Jn 8,12). Así como para los paganos era una fiesta del Sol naciente, que despegaba las tinieblas durante el alba, Así la presencia de Cristo viene a mostrarnos la luz, el camino que nos lleva a la verdad de nuestra existencia.

(Jn. 1:1) (Jn 1:14) Cristo verdadero Dios y Hombre y Habito entre nosotros. ¿A que vino Cristo al mundo? aquí unas citas Bíblicas: Mt. 11:27; Jn 1:18; Ro. 5:8; Jn 3:16 ... Vino a revelar a Dios ante los hombres habitando entre ellos, Dios manifiesta su revelación haciendo accesibles la verdades de fe al entendimiento del Hombre.

En el evangelio de San Lucas 1: 26-38 Es la anuncio que hace el ángel Gabriel en Nazaret a una virgen llamada María desposada con un hombre "José".  El ángel Gabriel enviado de Dios, entrando en la presencia ante María le da el anuncio sobre que iba a concebir a un hijo el cual vendría a ser Jesús, quien sera grande y sera llamado el Hijo del Altísimo...

El nacimiento de Jesús viene a darse en lo mas humilde, en un establo o lugar donde resguardaban a los animales, ahí nació el rey, el salvador. Lucas 2: 1-7 nos narra el camino llevado por José y María hasta llegar al nacimiento de Jesús. "Y dio a luz a su hijo y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón". 

El origen de el nacimiento o de los nacimientos que ponemos en nuestras casas, tiene su origen en el siglo XIII entre los años 1200 y 1226. San Francisco de Asís pretendía realizar la Navidad lo mas realista posible, dando origen así a las representaciones del nacimiento de Jesús. En la ermita, el nacimiento de Jesús era representado por personas reales dentro de un establo con animales y con figuras de cerámica o de barro. Esta representación Viviente dio paso a la representación en pequeñas figuras e imagenes.

¿Porque creo en Cristo? Breves reflexiones

Yo soy una persona libre para creer y para no creer, pero Yo Creo. Creo porque soy libre y porque siento que mi Fe me libera. "La Verdad os hará libres" y nadie se siente más libre que el que cree. En la dicha o en la desdicha, en su casa o en la prisión, en la salud o en la enfermedad, aquel que cree es libre porque ha entregado su alma a Dios y no hay barreras que la aprisionen. Los cristianos sabemos que nuestra alma es de Dios, y por eso, aún aprisionados por la desdicha, la enfermedad o por muros, tenemos la confianza de seguir siendo libres.


Los cristianos vivimos nuestra Fe en comunión con Dios y con la Iglesia. Eso significa que Dios forma parte indivisible de nosotros a través del Espíritu Santo. Dios es el dueño de nuestra alma, de nuestro santuario en el que sólo Él puede habitar y al que nuestra Fe mantiene libre de odio, rencor, venganza, ira, violencia, etc. Sentir a Dios es sentirse limpio por dentro, sentir nuestra alma a salvo de la corrupción, y eso sólo se consigue invocando a Dios a través del Espíritu Santo para que nos ayude a permanecer limpios.


Según hemos tratado en las catequesis precedentes, el nombre de 'Cristo' significa en el lenguaje del Antiguo Testamento 'Mesías'. Israel, el Pueblo de Dios de la antigua alianza, vivió en la espera de la realización de la promesa del Mesías, que se cumplió en Jesús de Nazaret. Por eso desde el comienzo se llamó a Jesús Cristo, esto es: 'Mesías', y fue aceptado como tal por todos aquellos que 'lo han recibido' (Jn 1, 12).


A la luz de las obras y de las palabras de Jesús se hace cada vez más claro que El es, al mismo tiempo, el verdadero Hijo de Dios. Esta es una verdad que resultaba muy difícil de admitir para una mentalidad enraizada en un rígido monoteísmo religioso. Y ésa era la mentalidad de los israelitas contemporáneos de Jesús. Nuestras catequesis sobre Jesucristo entran ahora precisamente en el ámbito de esta verdad que determina la novedad esencial del Evangelio, y de la que depende toda la originalidad del cristianismo como religión fundada en la fe en el Hijo de Dios, que se hizo hombre por nosotros.


Así, pues, la fuente definitiva del testimonio, que los Evangelios (y todo el Nuevo Testamento) dan de Jesucristo como Hijo de Dios, es el mismo Padre: el Padre que conoce al Hijo y se conoce a Sí mismo en el Hijo. Jesús, revelando al Padre, comparte en cierto modo con nosotros el conocimiento que el Padre tiene de Sí mismo en su eterno, unigénito Hijo. Mediante esta eterna filiación Dios es eternamente Padre. Verdaderamente, con espíritu de fe y de alegría, admirados y conmovidos, hagamos nuestra la confesión de Jesús: 'Todo te lo ha confiado el Padre a Ti, Jesús, Hijo de Dios, y nadie sabe quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien Tú, el Hijo, lo quieras revelar'.

Recordar, es revivir , El nacimiento de Jesus, Navidad


El nacimiento de Jesus, el niño Jesus, en belem también llamado, pesebre, portal o pasitos, dependiendo el vocablo de cada entidad. Todo radica en la figura de San Francisco en los años 1223, dio origen a los pesebres o nacimientos. Pero en aquel tiempo era representado con animales y personas, no con figuras de plásticocerámica o barro.


En el siglo XIV es donde se consolido esta tradición, con las modas renacentista y barroca volviéndose un arte los nacimientos. En América los franciscanos usaron los nacimientos como medio de evangelización. El belén representa por lo general la sagrada familia, Jose Y Maria y el Niño Jesús, lugar un establo, pesebre,granero o cueva, acompañándolos un mula y un buey sacados de los evangelios apócrifos, y en lucas 2,7. Y también como todos ya conocemos adornados con la estrella, los reyes magos y los pastores.


Es una tradición bonita, pero ademas de un sentido profundo como cristianos pues celebrar el nacimiento de Jesús, es también una profesión de fe, un recordar o un revivir lo que creemos, lo que profesamos, Jesús viene hacer el Cristo, el que había de venir, el mesías esperado, aquellos que los profetas habían anunciado. Aquel que Dios al desterrarlos del Paraíso prometio. Es la promesa cumplida, Dios cumple sus promesas y El viene y se hace hombre, se encarna, y el celebrar esta fiesta es a la vez recordar lo somos, lo que creemos, y sobre todo hacia donde vamos.


Dejando de donde viene la procedencia, de porque le 25 de diciembre, ya que ese día los paganos celebran un fiesta del sol, y como en aquellos tiempos la iglesia en plan de evangelizar toma una de sus fiestas y la cristianiza, bueno una de las explicaciones históricas que leemos por ahí o que los mismos sacerdotes en estos días nos narran a la hora del sermón o homilía.


El punto es que la Iglesia viene a poner esta fiesta en sentido a que nosotros recordemos, revivamos y renovemos nuestra fe, ademas de ser, considerada por todos sino que en su mayoría su fecha preferida, ya que el mismo calendario civil toma para vacaciones, y pues se reúne las familias alrededor de la mesa, y conviven. Es bonito, aunque ahora se da un fenómeno en reversa podíamos decir, ya que la iglesia toma esta tradición para cristianizar la fiesta pagana, ahora es alreves, una fiesta cristiana es tomada por los no cristianos o cristianos solo por bautismo pero no por profesarla. Ya que en lo ultimo que piensan en esos dias es en fiesta y no en el significado como tal...-

La verdad de Jesuscristo


El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5): CIC457


Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdida la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacia falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado? (San Gregorio de Nisa, or. catech. 15).


"En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dio s al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).


Cristo es verdadero hombre. ¡Qué importante es aplicar esta verdad a nuestra vida! Él me acompaña en los momentos más alegres de la vida, como en la boda de Cana o en la fiesta que organizó el fariseo. Intuye mi dolor, como lo hizo con la madre viuda que había perdido su hijo. Llora con mis tristezas, como lloró la muerte de Lázaro. Entiende mis tentaciones, pues él las experimentó en el desierto. Comprende mi rebeldía ante la voluntad del Padre, ya que él también experimentó en Getsemaní lo duro de los planes del Padre. Me alienta ante los sentimientos de soledad afectiva, pues en la cruz él supo lo que significa sentirse abandonado del amor del Padre. En verdad, ¡qué paz, serenidad y felicidad alcanzará nuestra conciencia si tenemos presente que Jesucristo es hombre como y con nosotros! Eso sí, excepto en el pecado.


Cristo se presenta con un rostro doliente y a la vez con un rostro resucitado. Esta doble característica comporta una especial importancia para la vida. "Para devolver al hombre el rostro del Padre, Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre, sino cargarse incluso del ´rostro´ del pecado" (n.25). Esta expresión del Papa es verdaderamente fuerte.


Jesucristo no tuvo pecado, pero experimentó el dolor del pecado, una experiencia que duró unos momentos para dar paso a la felicidad de la resurrección. De modo similar, en nuestra vida el pecado ofrece un placer pasajero pero el mal permanece; en cambio, un acto bueno exige un sacrificio pasajero pero el bien queda. Por lo tanto no tengamos miedo al sufrimiento que comporta la vida recta pues el dolor pasará pero el bien permanecerá. (P. Juan Carlos Ortega )




Mirar al Resucitado,,,fortalece nuestra fe... Nos da esperanza de Vida

Definitivamente nos da esperanza y sobre todo nos da sentido a nuestra vida, fortalece nuestra fe, pues nos alimenta el pensar y creer que Jesus de Nazaret resucito, es lo que da sustente y fuerza a nosotros los cristianos. Pues de que serviria un Dios muerto, un Dios que no puede resucitar, Dios que no puede hacer de lo imposible lo posible, que rompe con todos los expequemas paradigmas humanas, y esquemas logicos.

Para Dios no hay imposibles, y no solo es un Dios, y el cual le debemos el simple hecho de existir, el cual en otras culturas lo tienen como todo un poderoso pero lo ven muy lejano del hombre y de la tierra. Nosotros tenemos y creemos y debemos profesar un Dios no solo todopoderoso y amoroso sino que no esta tan lejano de nosotros , sino todo lo contrario, que viene al encuentro del hombre, nos habla de su reino, nos da testimonio de vida, habla de hechos concretos y reales, es parte de la historia de nuestra humanidad, nadien puede negar este hecho, es un dato historico, quien niega que Jesus no existio, quien niega que Jesus no fue un buen hombre, que predicaba la verdad, que comia con buenos, malos, ricos y pobres, que profeso el amor y lo vivio hasta el extremo entregandose él mismo por una causa noble, una causa justa , o como el decia simplemente, "He venido ha cumplir la voluntad de mi Padre".



Y lo mas impactante de todo esto, por decirlo asi, resucito, y hay testigos de ello, y esto trecendio a todos los lugares del mundo por muchos años hasta llegar al dia de hoy, en nuestra vida, en nuestra epoca, se hace presente, cuanto no ha cambiado el mundo, cuantas historias podemos contar, escuchar a nuestros abuelos hablar de como eran sus tiempos de juventud, y Cristo sigue presente, ha trecendido generaciones, la misma historia, la misma fe, la misma creencia, y pregunto que es lo que me mueve ha vivir, que es lo que me detiene ha creer.

El sacrificio de Jesucristo, ¿Era necesario su muerte?

Sacrificio de Nuestro Señor ofreció su vida en la cruz para el perdón de nuestros pecados, de la misma naturaleza del Padre, quiso hacerse hombre para traernos un nuevo pacto, por el cual ya no sería necesario el volver a realizar un sacrificio, continuo, para el perdón de los pecados, puesto que Él ya lo ha realizado, una vez para siempre, para todo aquel que cree en Él y cumple su voluntad.

Como el mismo San Juan en su evangelio nos narra sobre el sacrificio de cristo: "Y, como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado; para que todo aquel que en Él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3: 14-16)





Era necesario que Cristo muriera, mas de la necesidad se habla en Él del grande amor que nos tiene, "Tal amo Dios al mundo que nos entrega a su Hijo" , solo en el amor puede ser compresible tal sacrificio, ya que nosotros nos encontrabamos perdidos, por el pecado y que habiamos sido desterrados el su reino celestial por el pecado de nuestros primeros padres, "Adan y Eva" que en ellos pues empezo esta enemistad con Dios. Ya que por su desobediencia fueron desterrados del paraiso, en el cual las palabras de Dios Padre no fue de aniquilar a su seres creados, sino mas bien de reprenderlos y con la promesa del salvador.

Es por ello que todo el pueblo judio en su tradicion esperaban a un salvador, cada profeta anunciaba la venida de un rey, que iba a venir ha salvarnos. Pero ante los ojos del hombre pecador no se puede vislumbrar quien era ese salvador, esperaban quizas un hombre con poder economico, que tuviera a las masas y dominara pueblos y tierras.

Como Dios en su plan de salvacion el ya habia prefigurado su venida, con aquella frase apoliptica que encontramos en el genesis despues del destierro del paraiso, en la que Dios Padre habla habla Adan y Eva , y dice al final "luego ella te quebrantara la cabeza" una imagen que luego comprenderiamos todos, y que hoy en dia la vemos en la mayoria de los templos, a Maria madre del Salvador quien pisaria a la serpiente, ella la llena de gracia, trairia en su vientre al salvador por obra y gracia del Espiritu Santo.

Asi, siendo el sacrificio de Cristo una venida esperada, a su vez , es la prueba mas grande de su infinitud amor y es en este amor infinito en que debemos de poner nuestra confianza, y nuestra vida...

¡Y el verbo se hizo carne! Jesucristo es verdadero Dios

Juan 1:14-18
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros, lleno de amor y verdad. Y hemos visto su gloria, la gloria que como Hijo único recibió del Padre. Juan dio testimonio de él, diciendo: “Este es aquel a quien yo me refería cuando dije que el que viene después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo.” De sus grandes riquezas, todos hemos recibido bendición tras bendición. La ley fue dada por medio de Moisés; el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.

Posiblemente para nosotros es difícil entender como Jesús podía ser Dios y hombre al mismo tiempo, pero esto es lo que Juan dijo. Es algo que debemos aceptar por fe. Jesús vino a la tierra y caminó entre nosotros. Él experimentó dolor, sintió pesar y rechazo, y sintió el gozo de la amistad. Porque él ha sido uno de nosotros, él puede relacionarse con nosotros. Él no es un Dios distante; él entiende nuestras emociones. Él ha reído y llorado, él ha tenido hambre y sed, él ha estado cansado y solo. Lo esencial es esto: Él sabe lo que nos está pasando, porque las mismas cosas le pasaban a él. Una versión de la Biblia dice que “La palabra se encarnó, y se mudo al barrio.” Jesús todavía era Dios pero tomó la forma física de hombre, con todas nuestras debilidades y vulnerabilidad.

Juan sigue diciendo que Jesús era “lleno de amor y fidelidad inquebrantables.” Otra versión de la Biblia dice que él era lleno de gracia y verdad. De cualquier forma, vemos el corazón de Dios que está representado en Jesús, el Dios-hombre. Es como si Dios ha alcanzado a dentro de su mismo y nos dio su propio corazón cuando nos mandó a Jesús. Él nos enseñó quien era él y lo que es importante para él – no con poder y autoridad terrenal, pero amor, misericordia, y verdad.

El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10)."El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "El se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5)

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres.Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios. La encarnación es, pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única Persona del Verbo.

Jesucristo se bautiza ¿Porque?


Jesus es bautizado para darnos ejemplo a nosotros y el asumir todo nuestros pecados, Por eso Juan Bautista al ver venir a Jesús a hacerse bautizar exclamó: “He ahí el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo” (Jn. 1-29). Antes de Cristo los israelitas sacrificaban corderos, buscando la expiación de sus pecados. Cristo, al cargar con nuestros pecados, se hace el verdadero Cordero de Dios, para salvarnos de nuestros pecados. Es lo que nos dice el Sacerdote al presentarnos a Cristo en la Hostia Consagrada antes de la Comunión: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo…”.


"Bautismo" es " en Griego. Significa, "ser sumergido." Y el significado más importante de bautismo es "quitar el pecado y la muerte." La frase "ser sumergido" implica muerte. Todos los pecados del mundo fueron pasados a Jesús cuando Juan el Bautista lo bautizo a Él y así Él los tomó todos y murió en la Cruz para dar la paga por todos nuestros pecados. Jesús murió en nuestro lugar. La muerte es el resultado del pecado porque "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23).


Un día, entre la multitud que acudía a ser bautizada en el Jordán, apareció Jesús y ante el asombro del Bautista, pidió a también ser bautizado "no porque hubiera tenido él necesidad de ser purificado - nos dice San Agustín- sino para purificar las aguas bautismales con el contacto de su carne divina y comunicarles la virtud de purificar a los que después fueren Bautizados". Ese fue, según los Padres de la Iglesia, el momento en que el bautismo invitando a la conversión, fue elevado al rango de Bautismo Sacramental, con toda la eficacia que le confiere el poder del Espíritu Santo. "Id y bautizad a todas las naciones, enseñándoles a cumplir todo lo que Yo os he mandado" (Mt.28,19-20).


Al ser bautizados, somos liberados automáticamente del pecado original o cualquier otro pecado, si el bautizado es adulto. Normalmente se menciona mucho el perdón del pecado original (aunque no se entienda bien que es) y se pasa por alto lo más importante que es la divinización de nuestras almas.






Caracteristicas de los milagros de JesuCristo... 2 parte



UNA BASE HISTÓRICA.
Si se estudian seriamente los evangelios y su contexto histórico, es innegable que Jesús hizo milagros. Si no hubiera habido en el origen hechos extraordinarios que admirasen a los contemporáneos de Jesús no se habrían relatado estos episodios inauditos. Es preciso admitir al menos una "base histórica" a la tradición que se desarrolla después. Por lo demás, muchos de estos hechos no han podido ser "inventados" pasado ya el tiempo, en particular los que dan lugar a discusión entre Jesús y sus adversarios.
En el momento mismo en que Jesús hacía "milagros" no se estaba de acuerdo acerca de lo que representaban estos actos, y algunos los atribuían al diablo. Este desacuerdo narrado por los evangelistas que no pudo ser inventado, atestigua el valor histórico de estos relatos.
HOY Y EN EL PASADO.
Hoy nos es difícil mirar el milagro como podía hacerse en el tiempo de Jesús. Nosotros vemos el mundo a través del saber científico y técnico; los judíos lo veían ligado a Dios. El milagro es para nosotros una derogación de las leyes de la naturaleza; para un judío era la interacción normal de Dios en su creación. El milagro no era puesto ni en relación ni en oposición con una visión científica del universo; tenía su lugar en una visión religiosa del mismo.

Detalle revelador: para designar los milagros de Jesús, los evangelistas no emplean jamás la palabra griega usual que designaba los prodigios asombrosos (terata); emplean palabras que quieren decir "signos" (semeía) o "actos de poder" ('dunarneis). La mirada va espontáneamente hacia Dios que hace un signo y manifiesta su presencia activa.
Allí, donde nosotros vemos actualmente oposición entre un "milagro" y el curso normal del mundo, los judíos veían una continuidad armoniosa en la acción de Dios que crea el mundo y se manifiesta en él.

Para los contemporáneos de Jesús, el mundo estaba dominado por Satán: las enfermedades, los pecados, la muerte estaban ligados, como tantos signos de su presencia. En este contexto, los milagros de Jesús tienen una significación precisa; "si yo expulso los demonios con el poder de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros" (Lc. 11, 20). Los milagros muestran que Jesús tiene el poder de inaugurar la era definitiva y el mundo nuevo.


CARACTERÍSTICAS DE LOS MILAGROS DE JESÚS.
Pero Jesús nunca hace prodigios espectaculares para demostrar su poder y para asombrar. No busca el poder y la gloria a la manera humana. Para comprender la significación de sus milagros hay que fijarse en estos cuatro puntos:

1) Los milagros de Jesús cumplen los anuncios del Antiguo Testamento: "Los ciegos ven, los cojos andan..."(Mt. 11, 5; ver los oráculos de Isaías, 29, 28 y ss.; 35, 5 y ss.; 61, 1). Jesús hace la obra de Dios.

2) Los milagros de Jesús no son pruebas irresistibles de su misión o de su divinidad. Algunos los consideraban como obra del diablo. El poder de Dios está mezclado en ellos con -todas las ambigüedades de la vida. El milagro no viene a destruir la libertad de los hombres. Al contrario sólo los que tienen fe en Jesús reconocen milagros en estos hechos extraordinarios.

3) Los milagros de Jesús liberan a los hombres para que puedan andar en "su seguimiento" y participar en el Reino. Los discípulos no deberán contentarse con testimoniar por su palabra; podrán también hacer signos milagrosos (Mc. 6, 7; Mt. 10, 1; Lc. 9. 1)

4) Los milagros de Jesús muestran que la salvación de los hombres no es solamente "espiritual". Concierne al hombre entero, incluido su cuerpo. Muestran que la salvación no es solamente "individual": los enfermos curados, los leprosos purificados ya no son unos marginados. Pueden volver a ocupar su puesto en la sociedad. La salvación es colectiva, cambia las relaciones humanas.

Muestran, en fin, que la salvación anuncia el porvenir de la humanidad. Los milagros nos lo dicen a su manera: la condición actual de los hombres no permanecerá para siempre. Un día, las enfermedades, la muerte, las divisiones sociales desaparecerán. Los milagros son anticipaciones, resplandores: el alba del mundo de Dios. Invitan a los hombres a ambicionar lo que actualmente parece imposible. Son el estímulo concreto de la esperanza. A través de ellos, surge el mundo nuevo.

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Jesucristo es perfecto Dios y perfecto hombre


8.1 EL MISTERIO DE LA ENCARNACION: CRISTO ES PERFECTO DIOS Y PERFECTO HOMBRE



Enunciación del Misterio El misterio de la Encarnación nos enseña que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, o sea el Hijo, se encarnó y se hizo hombre en las purísimas entrañas de la Virgen María. Encarnar significa hacerse carne, esto es, hacerse hombre. Cuando decimos que el Hijo de Dios se encarnó, queremos expresar que se hizo hombre, tomando un cuerpo y un alma como los nuestros. Cristo es pues, Dios y hombre verdadero. Hay en El dos naturalezas, la divina y la humana, cuya unión forma una sola persona que es la divina.


8.1.2 Errores. Defensa de los Concilios de Nicea, Efeso y Calcedonia Hay tres clases de errores sobre este misterio: unos niegan en Cristo la naturaleza divina; otros la naturaleza humana; y otros, en fin, yerran sobre el modo como se unieron ambas naturalezas. lo. De los que niegan a Cristo su naturaleza divina el principal es Arrio (S.IV). Niega que Jesucristo sea Dios.


Afirma que es una criatura perfectísima ; pero no admite que sea de una misma Naturaleza o Substancia con el Padre. Fue solemnemente condenado por el Concilio de Nicea (a. 325), el cual definió que el Hijo es consubstancial al Padre. Muchos protestantes de nuestros días niegan también la divinidad de Cristo (Bultmann, Bonhoffer, etc.).


2o. Niegan la naturaleza humana los gnósticos y algunos otros herejes: rechazaban que Cristo fuera verdadero hombre; y admitían que su cuerpo no era real sino ficticio, y de apariencia como un fantasma.


3o. Los que yerran sobre el modo de unirse las dos naturalezas en una persona:


a) Nestorio (S.V) enseñó que en Cristo había dos personas, una para cada naturaleza. Y, como consecuencia, que María Santísima no podía llamarse Madre de Dios (teotokós), porque no era madre sino de la persona humana (antropotokós). Fue condenado por el Concilio de Efeso (a. 43l).


b) Eutiques profesó el error opuesto, a saber, que en Cristo no había sino una sola naturaleza, porque la naturaleza humana había sido absorbida por la divina, como el océano absorbe una gota de agua. Esta herejía conocida como monofisismo fue condenada por el Concilio de Calcedonia (a. 451). Otros herejes enseñaron que aunque en Cristo había dos naturalezas, sin embargo, no tenía sino una sola voluntad (monotelismo). No es lícito separse de las nociones para exponer el misterio de la encarnación. En concreto las nociones de "naturaleza" y "persona" indican realmente quién es Jesucristo.


Por eso "son claramente opuestas a esta fe las opiniones (. . .) según las cuales no sería revelado y conocido que el Hijo de Dios subsiste desde la eternidad, en el misterio de Dios, distinto del Padre y del Espíritu Santo- e igualmente las opiniones según las cuales debería abandonar la noción de la única persona de Jesucristo, nacida antes de todos la naturaleza humana y, finalmente la afirmación según la cual la humanidad de Jesucristo existiría. no como asumida con la persona eterna del Hijo de Dios, sino, más bien, en sí tiría, no como asumida con la persona eterna del Hijo de Dios, sino, más bien, en sí misma como persona humana y, en consecuencia, el misterio de Jesucristo consistiría en el hecho de que Dios, al revelarse, estaría de un modo sumo presente en la persona humana de Jesús". (S.C. para la doctrina de la Fe, Decl. 21-11-1972: para defender la fe contra algunos errores actuales acerca de los misterios de la Encarnación y de la Santísima Trinidad), AAS 64 (1972), pp. 237 núm. 3).


8.2 LA UNION HIPOSTATICA


8.2.1 En Cristo hay dos naturalezas En Jesucristo hay dos naturalezas: una divina, porque es Dios; y otra humana, porque es hombre.


a) Su naturaleza divina Jesucristo es Dios desde toda la eternidad, puesto que es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Y es hombre desde la Encarnación, es decir, desde que unió a su Persona la naturaleza humana, en el seno virginal de María Santísima. En el primer capítulo de su Evangelio, nos enseña San Juan esta doble verdad: (y nos dice que): "En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios"; y que "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn. 1, 1; 1, 8).Puesto que en Jesucristo hay dos naturalezas, habrá que decir que aquello que pertenece a la naturaleza en Jesucristo será doble: hay en El, pues, dos entendimientos, uno que corresponde a la Naturaleza divina y otro a la humana. Por la misma razón hay también en El dos voluntades. Respecto a su Naturaleza divina basta decir que tenía todas las perfecciones propias de la divinidad: hablemos de su naturaleza humana.


b) Su naturaleza humana En la naturaleza humana de Cristo, podemos distinguir dos elementos: el cuerpo y el alma.


1o. El cuerpo de Cristo es:

a) real: "Palpad, decía a sus apóstoles después de su resurrección, y considerad que un espíritu no tiene carne ni huesos como vosotros veis que yo tengo" (Lc. 24, 39). b) Delicado y perfectísimo, aunque sujeto al dolor, a las necesidades y a la muerte, porque venía a expiar nuestros pecados.


2o. El alma de Cristo es, como la nuestra, un espíritu creado por Dios para animar su cuerpo. Es, si, infinitamente más perfecta, ya en sus facultades naturales, ya en sus dones sobrenaturales.

b. 1 Facultades naturales

Digamos algo de sus facultades naturales; entendimiento y voluntad. lo. Su entendimiento estaba dotado de excelentes conocimientos. ""En él, nos dice San Pablo, estaban encerrados todos los tesoros de ,la sabiduría y ciencia de Dios" (Col. 2, 3) El entendimiento humano de Jesús estuvo dotado de tres clases de ciencias: la infusa, esto es, infundida directamente por Dios sin necesidad de imágenes ni raciocinios; la beatífica, o contemplación de la divina esencia; y la adquirida por medio de los sentidos y la razón.


Las dos primeras le venían a causa de su unión con el Verbo; la tercera la adquirió con el paso del tiempo, en primer lugar de San José que le enseñó su oficio, de su Madre Santísima, del conocimiento sensible, de las enseñanzas de la Escritura y de los maestros de Israel.


2o. La voluntad humana de Cristo era perfectísima, dotada de eminente poder y santidad, y de perfecta libertad. "Soy dueño de dar mi vida y dueño de recobrarla", decía el Salvador (Jn. 10, 18).


Tenía la voluntad de Cristo dos eximias perfecciones, de que carece la nuestra: la impecabilidad (no podía pecar, ni sentía inclinación al mal); y la integridad (en él no había concupiscencia, sino que el apetito estaba perfectamente sometido a la razón, puesto que en Cristo no existía el pecado original, ni aquellas de sus consecuencias que envuelven imperfección moral). Había también en Cristo perfecto acuerdo entre su voluntad humana y la divina.


En su voluntad humana se daba principalmente un amor tiernísimo para con sus padres; y de amor, misericordia y mansedumbre con los hombres. "Mi comida es hacer la Voluntad del que me ha enviado ". "Venid a mí todos los que estáis agobiados por el sufrimiento, que yo os aliviaré". "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" (Jn. 4, 34 - Mt. 11, 28, 29).


En Cristo hubo pasiones; y así leemos en la escritura que amó con predilección a San Juan, lloró ante la tumba de Lázaro, y se llenó de angustia, tedio y tristeza al pensamiento de su pasión. Sus pasiones, sin embargo, se diferenciaban de las nuestras en que nunca tendieron a un fin malo, y siempre obedecían la dirección rectísima de su voluntad.


b.2 Dones sobrenaturales y preternaturales


Cristo estuvo adornado con la plenitud de la gracia, virtudes y dones del Espíritu Santo; y no podía ser de otra manera dada su unión íntima y personal con la divinidad. "Hemos visto su gloria, lleno de gracia y de verdad. De su plenitud todos hemos recibido" (Jn. 1, 14, 16). Respecto a los dones preternaturales ya hemos indicado que tuvo la ciencia y la integridad; más no la inmunidad ni la inmortalidad, pues quiso expiar nuestros pecados sometiéndose al sufrimiento y a la muerte.


8.2.2 En Cristo no hay sino una persona: la Divina Las dos naturalezas de Cristo están unidas en una sola persona, que es la divina, a quien llamamos Jesucristo. El Verbo divino no se unió a una persona humana, sino a una naturaleza humana; y así la persona divina hace las veces de persona no sólo para la Naturaleza divina, sino también para la naturaleza humana, a la cual se unió. Nuevamente aquí se encuentra nuestra inteligencia frente a un misterio.


Podemos comprobar que en esta unión no hay contradicción, pero no podemos comprender a fondo cómo se hace. Creemos sí con absoluta firmeza en él, porque Dios nos lo reveló en forma que nos brinda plena certidumbre.Así como dijimos que en Jesucristo todo lo que se refiere a la naturaleza es doble -dos inteligencias, dos voluntades-, todo lo que se refiere a la persona será único: y así, no adoro en El dos seres, sino uno solo, no actúan dos individuos sino uno solo, etc.


8.2.3 La unión hipostática: Noción La unión de las dos naturalezas en Cristo se llama hipostática o persona, porque ambas están unidas en una sola Persona: la del Verbo. Hipóstasis es el sustantivo griego que corresponde al sustantivo castellano persona, e hipostático el adjetivo que corresponde al adjetivo personal.


Las dos naturalezas de Cristo se mantienen íntimamente unidas, pero sin confundirse; como el cuerpo y el alma en el hombre están en íntima unión, pero sin confundirse el uno con la otra. La unión de las dos naturalezas en Cristo es perpetua. El Verbo tomó la naturaleza humana para siempre. Por eso en la Eucaristía y en el cielo su divinidad permanece unida a su cuerpo y a su alma.


8.3 ALGUNAS CONSECUENCIAS DE LA UNION HIPOSTATICA. Esta unión tiene consecuencias importantes:


a) todos los actos de Cristo tienen valor infinito;

b) su humanidad;

c) hay comunicación merece adoración de propiedades entre las dos naturalezas.


8.3.1 Valor infinito de sus actos La persona, en general, tiene la propiedad de ser centro de atribución de todos los actos del individuo; de modo que todo lo és baga se atribuye a su persona. Por ejemplo, no se dice: mi garganta canta, mi voz habla, mi cerebro siente; sino, yo canto, yo hablo, yo siento; atribuyendo al mismo "yo" todas mis acciones.Lo mismo pasa en Cristo. Todas sus acciones, así las de su Naturaleza divina como las de la humana, se refieren a su persona.


Así decimos que Cristo creó el mundo (obra propia de Dios), y que padeció (obra propia del hombre). De esta doctrina se saca la consecuencia importantísíma que todas las acciones de Cristo, aun las propias de su naturaleza humana tienen valor infinito por atribuirse a la persona divina del Verbo.


Esta doctrina nos permite también ilustrar la Redención: En efecto, si hubiera en Cristo dos personas, una divina y otra humana, la Redención no hubiera podido verificarse; pues la persona divina no hubiera podido padecer ni morir; y la persona humana hubiera podido padecer y morir, pero sus acciones no tendrían valor infinito, por no proceder de una persona divina. Por el contrario, en la doctrina católica se ilustra la Redención; porque Cristo padece en cuanto hombre, esto es , en su naturaleza humana; pero sus padecimientos tienen valor infinito por la unión personal entre la naturaleza humana y la Persona divina.


"En efecto, amó Dios tanto al mundo, que le dio a su unigénito Hijo. Así como en el hombre-Adán este vínculo quedó roto, así en el hombre-Cristo ha quedado unido de nuevo" (Juan Pablo II, Enc. Redemptor Hominis, 4-11-1979, Núm. 8), (cfr. Puebla, n. 400).


8.3.2 Su Humanidad merece adoración

La Humanidad de Cristo merece ser adorada a causa de su unión personal con el Verbo divino. De modo que el culto que se rinde a su Humanidad se rinde al Hijo de Dios. Por eso la Iglesia permite que al Corazón de Jesús y a sus sagradas llagas, se dé culto directo de latría o adoración, Igualmente permite que a la santa Cruz, a los clavos de la pasión, a la sábana santa, etc. se dé culto indirecto de latría, por la relación íntima que guardan con la naturaleza humana de Cristo.


8.3.3 Comunicación de propiedades

La comunicación de propiedades consiste en que puede atribuirse a Cristo Dios lo que es propio de la naturaleza humana; y a Cristo hombre lo que es propio de la naturaleza divina. Así se puede decir que Dios murió y resucitó; o que un hombre es inmortal y omnipotente.


Debe mantenerse el cuidado de emplear términos concretos, y no abstractos. Así se dices que Dios es hombre, murió, etc., pero sería gravísimo error decir que la divinidad es la humanidad, o que la divinidad murió.


La razón es porque no todo lo que puede aplicarse a la persona de Cristo, puede aplicarse a la divinidad en general. Esta comunicación de propiedades la llaman los teólogos comunicación de idiomas, porque idioma quiere decir en griego propiedad; viene del adjetivo, idios, que significa propio, particular.


Por Pbro. Pablo Arce Gargollo


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¿Quien es Jesucristo?



Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Isaías 9:6.
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba y el mundo por Él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. mas a los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, no de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros... Juan 1:1.
Este es El Señor y Dios de todo ser humano. El libertador y salvador de las almas, El Dios Eterno. Tu amigo.

DIOS AMA AL HOMBRE AUN SIENDO PECADOR; QUE ES NO AMARLE A EL
De tal manera amó Dios al mundo que entregó a su hijo unigénito para que todo aquél que en Él crea tenga vida eterna, mas no se pierda. Juan 3:16.
Antes hemos visto que Jesucristo es el mismo Dios. ¿Cómo es que entonces dice que su Hijo es dado por nuestros pecados? Debemos comprender que Dios es el único que puede sacarnos de la muerte, el único que tiene el poder de resucitar a los muertos y darles vida eterna. Dios nos ama tanto que viene en carne y entra en el reino de la muerte, tras la cruz, y salva al hombre, resucitando para darnos la victoria por la fe, que es un don suyo. Reflexión: no tendríamos salvación si Jesucristo hubiera sido un hombre y no Dios. Gloria le sea dada por todos nosotros.

EL NUEVO NACIMIENTO DEL HOMBRE
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Juan 3:3 al 8.

El hombre está muerto al Espíritu de Dios, porque prefiere vivir si Él, pero cuando se da cuenta de su soledad y le abra el corazón, si de enamora de Dios en Cristo, entonces recibe el Espíritu Santo, porque el hombre necesita nacer de nuevo, de lo alto.

Cuando una persona ha nacido del Espíritu de Dios, entra en una dimensión que antes no podía ver. Es como si le diésemos la vista a un ciego de nacimiento. Nosotros somos ciegos espirituales de nacimiento. Cuando Dios nos abre nuestros ojos, cuando Jesucristo sanó al ciego de nacimiento, nos está enseñando en realidad, además de aquel milagro, que necesitamos ver la vida eterna que es la espiritual. Él nos enseña su mente para que la recibamos, si sentimos que le queremos y le echamos de menos por el vacío existencial que traemos en nuestras almas desde antes de la fundación del mundo, incluso cuando no tenemos aun uso de razón, Dios ha previsto que le conozcamos a Él.
No se quede nadie en la dimensión de la oscuridad; venid a Él y os dará la Luz para que seáis luz.
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Efesios 5:16.
Que privilegio poder vivir desde hoy con Dios, mediante este nuevo nacimiento, mediante el entendimiento espiritual. Comparte tu vida con él. Es tu mejor amigo.
Lea un Estudio Bíblico completo sobre
NACER DE NUEVO.

LA NUEVA VIDA CON JESUCRISTO
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará. Mateo 3:11. Esto nos dijo Juan Bautista. Anuncia a otros el evangelio o buena noticia de la obra de Dios para con los hombres.
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo... ...pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a la luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero que ahora habéis alcanzado misericordia. 1 Pedro 2:4 al 10.
Es este bautismo del Espíritu como una unción que te cubre de arriba abajo y te cambia la mente, para que creas la verdad que es el mensaje de Dios al hombre y no el mensaje de la sociedad dependiendo de cada época.

...Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado por cuanto no creen en mí; de justicia por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:7 al 13

Jesuscristo , verdadero Hombre


Jesucristo, verdadero hombre (27.I.88)

1. Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre: es el misterio central de nuestra fe y es también la verdad) clave de nuestras catequesis cristológicas. Esta mañana nos proponemos buscar el testimonio de esta verdad en la Sagrada Escritura, especialmente en los Evangelios y en la tradición cristiana.

Hemos visto ya que en los Evangelio Jesucristo se presenta y se da a conocer como Dios-Hijo, especialmente cuando declara: 'Yo y el Padre somos una sola cosa' (Jn 10, 30), cuando se atribuye a Sí mismo el nombre de Dios 'Yo soy' (Cfr. Jn 8, 58), y los atributos divinos; cuando afirma que le 'ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra' (Mt 28, 18): el poder del juicio final sobre todos los hombres y el poder sobre la ley (Mt 5, 22. 28. 32. 34. 39. 44) que tiene su origen y su fuerza en Dios, V por último el poder de perdonar los pecados (Cfr. Jn 20, 22)23), porque aun habiendo recibido del Padre el poder de pronunciar el 'juicio' final sobre el mundo (Cfr. Jn 5, 22), El viene al mundo 'a buscar y salvar lo que estaba perdido' (Lc 19, 10).
Para confirmar su poder divino sobre la creación, Jesús realiza 'milagros', es decir, 'signos' que testimonian que junto con El ha venido al mundo el reino de Dios.

2. Pero este Jesús que, a través de todo lo que 'hace y enseña', da testimonio de Sí como Hijo de Dios, a la vez se presenta a Sí mismo y se da a conocer como verdadero hombre. Todo el Nuevo Testamento y en especial los Evangelios atestiguan de modo inequívoco esta verdad, de la cual Jesús tiene un conocimiento clarísimo y que los Apóstoles y Evangelistas conocen, reconocen y transmiten sin ningún género de duda. Por tanto, debemos dedicar la catequesis de hoy a recoger y a comentar al menos en un breve bosquejo los datos evangélicos sobre esta verdad, siempre en conexión con cuanto hemos dicho anteriormente sobre Cristo como verdadero Dios.
Este modo de aclarar la verdadera humanidad del Hijo de Dios es hoy indispensable, dada la tendencia tan difundida a ver y a presentar a Jesús sólo como hombre: un hombre insólito y extraordinario, pero siempre y sólo un hombre. Esta tendencia característica de los tiempos modernos es en cierto modo antitética a la que se manifestó bajo formas diversas en los primeros siglos del cristianismo y que tomó el nombre de 'docetismo'. Según los 'docetas', Jesucristo era un hombre 'aparente', es decir, tenia a apariencia de un hombre, pero en realidad era solamente Dios.

Frente a estas tendencias opuestas, la Iglesia profesa y proclama firmemente la verdad sobre Cristo como Dios-hombre, verdadero Dios y verdadero Hombre; una sola Persona (la divina del Verbo) subsistente en dos naturalezas, la divina y la humana, como enseña el catecismo. Es un profundo misterio de nuestra fe, pero encierra en sí muchas luces.

3. Los testimonios bíblicos sobre la verdadera humanidad de Jesucristo son numerosos y claros. Queremos reagruparlos ahora para explicarlos después en las próximas catequesis.
El punto de arranque es aquí la verdad de la Encarnación: 'Et incarnatus est', profesamos en el Credo. Más distintamente se expresa esta verdad en e el prólogo del Evangelio de Juan: 'Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros' (Jn 1, 14). Carne (en griego 'sarx') significa el hombre en concreto, que comprende la corporeidad y, por tanto, !a precariedad, la debilidad, en cierto sentido la caducidad ('Toda carne es hierba', leemos en el libro de Isaías 40, 6). Jesucristo es hombre en este significado de la palabra 'carne.'

Esta carne (y por tanto la naturaleza humana) la ha recibido Jesús de su Madre, María, la Virgen de Nazaret. Si San Ignacio de Antioquía llama a Jesús 'sarcóforos' (Ad Smirn., 5), con esta palabra indica claramente su nacimiento humano de una mujer, que le ha dado la 'carne humana'. San Pablo había dicho ya que 'envió Dios a su Hijo, nacido de mujer' (Gal 4, 4).

4. El Evangelista Lucas habla de este nacimiento de una mujer cuando describe los acontecimientos de la noche de Belén: 'Estando allí se cumplieron los días de su parto y dio a luz a su hijo primogénito y le envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre' (Lc 2, 6-7). El mismo Evangelista nos da a conocer que el octavo día después del nacimiento, el Niño fue sometido a la circuncisión ritual y 'le dieron el nombre de Jesús (Lc 2, 21). El día cuadragésimo fue ofrecido como 'primogénito' en el templo jerosolimitano según la ley de Moisés (Cfr. Lc 2, 22-24)
Y, como cualquier otro niño, también este 'Niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría' (Lc 2, 40). 'Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres' (Lc 2, 52).

5. Veámoslo de adulto, como nos lo presentan más frecuentemente los Evangelios. Como verdadero hombre, hombre de carne (sarx), Jesús experimentó el casancio, el hambre y la sed. Leemos: 'Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre' (Mt 4, 2). Y en otro lugar: 'Jesús, fatigado del camino, se sentó sin más junto a la fuente... Llega una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dice: dame de beber' (Jn 4, 6).
Jesús tiene, pues, un cuerpo sometido al cansancio, al sufrimiento, un cuerpo mortal. Un cuerpo que al final sufre las torturas del martirio mediante la flagelación, la coronación de espinas y, por último, la crucifixión. Durante la terrible agonía, mientras moría en el madero de la cruz, Jesús pronuncia aquel su 'Tengo sed' (Jn 19, 28), en el cual está contenida una última, dolorosa y conmovedora expresión de la verdad de su humanidad.

6. Sólo un verdadero hombre ha podido sufrir como sufrió Jesús en el Gólgota, sólo un verdadero hombre ha podido morir como murió verdaderamente Jesús. Esta muerte la constataron muchos testigos oculares, no sólo amigos y discípulos, sino, como leemos en el Evangelio de San Juan, los mismos soldados que 'llegando, a Jesús, como le vieron ya muerto, no le rompieron las piernas sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre y agua' (Jn 19, 33-34).
'Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado': con estas palabras del Símbolo de los Apóstoles la Iglesia profesa la verdad del nacimiento y de la muerte de Jesús. La verdad de la Resurrección se atestigua inmediatamente después con las palabras: 'al tercer día resucitó de entre los muertos'.

7. La resurrección confirma de un modo nuevo que Jesús es verdadero hombre: si el Verbo para nacer en él tiempo 'se hizo carne', cuando, resucito volvió a tomar el propio cuerpo de hombre. Sólo un verdadero hombre ha podido sufrir y morir en la cruz, sólo un verdadero hombre ha podido resucitar. Resucitar quiere decir volver a la vida en el cuerpo. Este cuerpo puede ser transformado, dotado de nuevas cualidades y potencias, y al final incluso glorificado (como en a ascensión de Cristo y en la futura resurrección de los muertos), pero es cuerpo verdaderamente humano. En efecto, Cristo resucitado se pone en contacto con los Apóstoles, ellos lo ven, lo miran, tocan a las cicatrices que quedaron después de la crucifixión y El no sólo habla y se entretiene con ellos, sino que incluso acepta su comida: 'Le dieron un trozo de pez asado y tomándolo comió delante de ellos' (Lc 24, 42-43). Al final Cristo con este cuerpo resucitado y ya glorificado pero siempre cuerpo de verdadero hombre asciende al cielo para sentarse 'a la derecha del Padre'.

8. Por tanto verdadero Dios y verdadero hombre. No un hombre aparente, no un 'fantasma' (homo phantasticus), sino hombre real. Así lo conocieron los Apóstoles y el grupo de creyentes que constituyó la Iglesia de los comienzos. Así nos hablaron en su testimonio.
Notamos desde ahora que así las cosas no existe en Cristo una antinomia entre lo que es 'divino' y lo que es 'humano'. Si el hombre desde el comienzo ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (Cfr. Gen 1, 27; 5, 1), y por tanto lo que es 'humano puede manifestar también lo que es 'divino', mucho más ha podido ocurrir esto en Cristo. El reveló su divinidad mediante la humanidad, mediante una vida auténticamente humana. Su 'humanidad' sirvió para revelar su 'divinidad': su Persona de Verbo-Hijo.

Al mismo tiempo El como Dios)Hijo no era, por ello, menos hombre. Para revelarse como Dios no estaba obligado a ser 'menos' hombre. Más aún: por este hecho El era 'plenamente' hombre, o sea en a asunción de la naturaleza humana en unidad con la Persona divina del Verbo, El realizaba en plenitud la perfección humana. Es una dimensión antropológica de la cristología sobre la que volveremos a hablar.